Irene Villa

Rigor y ayuda

Mientras aquí nos tranquilizan con que en breve se acaba la crisis, el Gobierno británico dice abiertamente que no podrá cumplir sus objetivos de reducción del déficit en la fecha prevista y que quizá lo consiga allá por el año 2018. Hasta entonces, propone austeridad. No está mal vivir con cierto rigor. Anunció además nuevos recortes presupuestarios «que deben ayudar a equilibrar las cuentas públicas», algo bastante lógico, pero que allí también genera críticas y abucheos. Desde luego que a nadie le gusta que le abucheen, pero si no hay más remedio... A los políticos les toca ahora ponerse en su contra a la opinión pública si lo que quieren realmente es cumplir objetivos. Uno de ellos, por cierto, es combatir la evasión de impuestos por parte de individuos y multinacionales. Algo de actualidad también aquí. Ojalá que ese rigor nos sirva para llegar a esas ayudas sanitarias y a la discapacidad necesarias. Esa solidaridad con quienes conviven con difíciles condicionantes ha llevado a ciudadanos a prestar alojamiento a quienes lo necesiten, casos que merecen ser destacados y por supuesto toda nuestra admiración. Porque entre nosotros podemos y debemos ayudarnos como miembros de una misma sociedad. Al Gobierno británico, como a tantos otros, le toca ser el malo, y reconocen los efectos políticos y en las urnas que tienen los duros recortes aplicados, pero parece que hay algo que le importa más: las consecuencias económicas. Pues en esas consecuencias pondremos toda nuestra esperanza, mientras tanto, ponemos nuestra ayuda y solidaridad, siguiendo vivos ejemplos, a disposición de quien lo precise.