Iñaki Zaragüeta
Rivera y su querencia a la izquierda
El líder de Ciudadanos debe haber encontrado la felicidad, la que predicaba Gandhi «la felicidad consiste en poner de acuerdo tus pensamientos, tus palabras y tus hechos». Es lo que logró el martes al llegar a un pacto con Pedro Sánchez y desvelar su querencia hacia la izquierda, pacto que le puede acarrear varios problemas.
Uno, puede haber abierto definitivamente una brecha con parte de su electorado, la mayoría proveniente del PP, que le ha dado su apoyo para controlar los abusos de los populares y las correspondientes y continuadas mayorías absolutas, pero no para facilitar un gobierno del PSOE, menos aún cuando éste ha obtenido casi dos millones de votos y 33 escaños menos que el PP.
Otro, que ha suscrito un convenio inútil e ineficaz para alcanzar una investidura, por lo que se ratifica aquel axioma «el hombre es incapaz de prescindir de lo inútil». Entonces, esa coalición hay que enmarcarla en lo que en estos tiempos se ha dado por llamar «postureo», lo contrario que pedimos los ciudadanos. Se ha inclinado por una opción ilógica, por lo que padecerá las consecuencias si no consigue evitar nuevas elecciones. Entonces, no sólo habrá quitado careta sino que se conocerá que su opción no ha servido para nada.
Tercero, los puntos del acuerdo no son el vellocino de oro sino los generales coincidentes en todos los partidos.
Finalmente, tengo la impresión de que ni Rivera ni Sánchez van a lograr su objetivo principal que no es otro que responsabilizar a Mariano Rajoy de no formar Gobierno. Hasta hace poco era la obsesión del socialista y, por lo que se percibe, ahora ya es la de Ciudadanos. Así es la vida.
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