Toni Bolaño

«Rubalcaba y Navarro siempre miran de reojo a Chacón. Le tienen pánico»

Carme Chacón acabó su jornada del domingo en el Camp Nou. Acompañada de Susana Díaz, consejera de Presidencia de la Junta, vio el Barça-Betis. Antes se había paseado por las casetas de la Feria de Abril de Barcelona. Era la calma antes de la tormenta. En esos momentos, ya había hecho llegar una carta al primer secretario del PSC, Pere Navarro. Le exigía que no acudiera a la cumbre convocada por Mas por el derecho a decidir.

Los acontecimientos se precipitan 48 horas antes, la tarde del viernes anterior. En la sede del PSC se decide filtrar la propuesta para la reforma federal de la Constitución. No se quiere esperar a la presentación oficial prevista para el 16 en Barcelona y el 29 en Madrid con el objetivo de marcar perfil ante la cumbre. Se elije un único diario barcelonés. Miquel Iceta, director de la Fundación Campalans, lo considera un error y exige que si se hace público no se limite a un único medio de comunicación. Lo consigue y el documento llega a diferentes medios. Los periodistas interpretan que la reforma del PSC ampara el derecho a decidir, la consulta soberanista, y apuntan a Chacón como una de las piezas básicas en el texto. El texto de la Campalans, asesorada por los constitucionalistas Joaquim Tornos, Xavier Arbós y Eduard Roig, no habla de derecho a decidir, pero la «filtración», afirma un alcalde metropolitano, «se explicó fatal, se quemó un documento de calado en 24 horas y se extendió la idea de que los socialistas estamos por la independencia».

Chacón expresó su malestar a miembros de la ejecutiva. El sábado con los periódicos en su mesa, tomó una decisión: hacer público su malestar, clarificar su inequívoca posición contra el derecho a decidir y reclamar a Navarro que no asistiera a la cumbre convocada por Mas. Esperó hasta el domingo una llamada. Esperó en vano y envió la carta que dinamitó los cimientos del debilitado socialismo catalán. «Estoy totalmente de acuerdo con Carme Chacón, pero su carta fue un error del que no hay precedentes», afirma un dirigente socialista del núcleo duro de Navarro, consciente de que el PSC ha vuelto a revivir una nueva semana trágica, y añade: «Carme y Pere son los culpables de esta situación. O no se hablan, o no se escuchan. Esto no puede seguir así». Hablarse se hablaron, pero la conversación fue tensa y con pocos puntos de encuentro. Un Navarro enfadado se quejó de que la carta le dejaba a los pies de los caballos. Fue aquel «me has atado de pies y manos y dirán que he sucumbido al españolismo». La respuesta de Chacón, dura: «¿Yo soy el españolismo? Lo que no soy es muleta de Mas en su avance hacia la independencia».

Jaume Collbony, el portavoz del PSC, es blanco de críticas como responsable de la filtración del documento. «Jaume tiene demasiadas ganas de protagonismo», le acusa un compañero que se sienta con él en la ejecutiva socialista. La acusación se fundamenta en que Collbony suena como candidato en las primarias de Barcelona. «No lo niego. Me lo estoy pensando y hablando con la gente». Dicen que es caballo ganador, aunque el afirma que «el caballo no ha salido del establo». Su papel en la crisis de esta semana no ha gustado a más de uno. «Hay que estar en lo que hay que estar», concluye un dirigente del partido. El lunes Navarro asistió a la cumbre de Mas y le aguó la fiesta al presidente. Su declaración ilusionó a los suyos, aunque algunos se preguntan «si lo que se dijo al final de la reunión no se podía haber dicho antes de acudir a la cita». Otros justifican que después de la carta de Chacón «Navarro no podía dejar de ir a la cumbre. Y allí dijo lo que tenía que decir». Sin embargo, las piruetas en el PSC han seguido toda la semana. El miércoles se votó a favor de la comisión parlamentaria sobre el derecho a decidir y casi al mismo tiempo se instaba al Gobierno de la Generalitat a aceptar la resolución del TC.

Esta semana los socialistas presentarán oficialmente su reforma constitucional que ampara la celebración de consultas territoriales, previo acuerdo con el Estado. Miquel Iceta es rotundo cuando afirma que «no es derecho a decidir, no es autodeterminación y no es secesión porque ninguna constitución en el mundo recoge estos punto». Iceta, que es el interlocutor de Ramón Jáuregui, añade: «Se apuntan las tesis de Francisco Rubio Llorente sobre la celebración de consultas territoriales acordadas con el Estado como ya funcionan en otros estados federales. En ningún caso se habla de independencia». Acabó la semana pero nadie pone la mano en el fuego. «Esto no ha acabado. Rubalcaba y Navarro siempre están mirando de reojo a Carme. Le tienen pánico» apunta un dirigente. Ahora, el primer secretario del PSC debe coger las riendas y cerrar el debate sobre el soberanismo. No lo tiene fácil. Los diputados díscolos partidarios de derecho a decidir están agazapados esperando un resbalón. Otros están teorizando sobre construir un nuevo partido separado del PSOE. Ernest Maragall ha resurgido sobre sus cenizas y despliega sus encantos. Toni Castells reaparece para presidir el Ateneo Barcelonés. Curiosamente, lo propone Convergència.