Toni Bolaño
San Pedro es constitucionalista
La televisión pública catalana auguró el sábado por la noche un diluvio universal en Cataluña. El servicio de meteorología –Meteocat dirigido por Oriol Puig, hermano del conseller de Empresa, Felip Puig e imputado por un juez de Barcelona por unas transferencias de dudosa justificación– no acertó ni una. Confundió, seguramente, deseos con realidad. Llovió por la noche el sábado pero la mañana dominical amaneció radiante. Otras televisiones informaban de que los riesgos más importantes se corrían por la tarde del domingo. No a las 12 de la mañana. Así fue. Oriol Puig y el altavoz de TV3 no acertaron en sus premoniciones negativas. Seguramente porque no contaban con una variable. San Pedro es todo un constitucionalista. Y no llovió. Bajo un sol de justicia, miles de personas expresaron un sentimiento: ser tan catalanes como españoles; y una aspiración política: la dimisión del presidente Mas y su oposición al proceso independentista.
El catastrofismo meteorológico no hizo mella en miles de personas que llegaban a la plaza de Cataluña desde bien entrada la mañana. Los manifestantes tomaron los bares de la Rambla y Paseo de Gracia mientras que esperaban el inicio del acto. Sin incidentes. Los ultras quedaron fuera de la concentración y los radicales independentistas ni se acercaron. Sólo un autocar procedente de Lérida fue atacado por los «demócratas de toda la vida». Los extremos se tocan, ya saben.
En los corrillos, los comentarios se centraban en las noticias sobre la maltrecha unidad del frente soberanista, dividido sobre cómo afrontar la actual situación de bloqueo. En un ambiente festivo –amenizado con música de diferentes géneros y muy colorido– familias enteras acudieron a la cita de Sociedad Civil Catalana, la entidad que ha puesto su voz, por encima de las diferencias políticas, a la mayoría silenciosa que, en estos años, ha sido también silenciada.
San Pedro se empleó a fondo. Ni una gota. Los líderes de Sociedad Civil se dirigían a la multitud porque en palabras de Joaquim Coll, su vicepresidente, «no reconocen la autoridad moral del nacionalismo». Josep Ramón Bosch, el presidente de SCC, se metió a la gente en el bolsillo y se abrió paso por encima de las conversaciones de los asistentes cuando dijo «España es nuestra». En la concentración se distinguían de forma mayoritaria simpatizantes y militantes de Ciudadanos y Partido Popular. También de UPyD. Y por primera vez, militantes de partidos de izquierda hicieron presencia en el acto. Las banderas republicanas identificaban a los miembros de Alternativa Ciudadana Progresista, pero de forma más discreta también se dejaron ver militantes socialistas, de Iniciativa por Cataluña y Podemos. Según Bosch han venido «los que han salido del armario».
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