Iñaki Zaragüeta
Se abre un escenario nuevo y heterogéneo
Los casos de corrupción, las dos décadas -24 años en el caso de los Ayuntamientos de las tres capitales- y los enfrentamientos internos emergen como las causas principales de la debacle sufrida por el PP de la Comunitat Valenciana. Los peores temores que se fueron sucediendo durante las semanas previas a la jornada de ayer, se hicieron anoche realidad y el escenario de 2011, en el que las mayorías absolutas fueron denominadores común para los populares, ha cambiado radicalmente. La única diferencia es que el trasvase de esa inmensidad de votos no ha ido, como fue tradicional en la política española, al Partido Socialista sino a un conglomerado de organizaciones que abarca kasta la izquierda radical, con un poder de influencia sobresaliente sobre lo que pudiera haber de moderación en el socialismo valenciano.
La irrupción de Ciudadanos en todas las instituciones, con ser muy destacada, no ha servido para salvar una gobernación de centro-derecha ni para conformar una mayoría con el PSOE para componer un Gobierno muy diferente al que se formará si los socialistas, como es de esperar, reciben el apoyo de todos los grupos de izquierda.
Dicho esto y analizados los resultados de en toda España, la pelota también la juega el PSOE de Pedro Sánchez, que deberá decidir si apuesta por Compromís, Podemos, ERC... o por la otra vía de PP y Ciudadanos.
Cabe subrayar, además, en la Comunitat Valenciana la aparición de Compromís como el gran beneficiado, con un ascenso extraordinario que puede llevar a la Alcaldía de Valencia a su candidato, Joan Ribo, y que su candidata a la Generalitat ha pasado de 6 a 20 diputados . Por su parte, Esquerra Unida, no ha logrado el 5 por ciento necesario. Así es la vida.
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