Señor profesor

Finlandia es número uno en educación en Europa. Si se intenta algo nuevo aquí, es porque en el polo opuesto se encuentra España. Los finlandeses comienzan la escolarización más tarde, con 7 años, y tienen muchas horas lectivas menos a la semana que los niños españoles, sin embargo, principalmente en Educación Primaria, tienen los mejores maestros. Consideran, porque es así, que «el tesoro de la nación son sus niños, y ser maestro, un honor nacional». Aquí mantienen a duras penas la motivación para seguir enseñando. Además, Finlandia prioriza coordinar los tres ejes fundamentales de la educación –la familia, la escuela y los recursos– para estar en cabeza. Los padres conocen su papel de complementar el esfuerzo del colegio y, además, el sistema les permite conciliar su vida laboral con la atención a los hijos. Ojalá fuera así en todo el mundo. Para rematar, tienen muy arraigado el sentido de la responsabilidad y fomentan la disciplina y el esfuerzo. Aquí hemos asistido a un incremento del fracaso escolar y de las debilidades de nuestros jóvenes porque no se potencia ni el sacrificio, ni el compromiso..., pero lo más triste es que tanto algunos alumnos como algunos padres, que es aún peor, hayan provocado que se pierda el respeto a la autoridad, al profesorado. Sí, quien un día fue «señor profesor», nuestro referente, fuente de conocimiento e inspiración, es hoy objeto de burlas y hasta agresiones. Echo en falta en las manifestaciones la defensa de los profesores, luchar por el éxito de la educación, porque lo verdaderamente importante no se podrá recortar nunca.