Alfonso Ussía
Señora juez
S eñora juez Alaya: No se sienta desamparada Su Señoría. Todos hemos apreciado la entereza de su respuesta al insulto grosero de un grupo de liberados sindicales que le han llamado «fea» y han pretendido humillar su dignidad e independencia. No se sienta desamparada, porque me he sabido que las feministas del PSOE y de Izquierda Unida están indignadas. No se sienta desamparada porque desde Amparo Rubiales a Soraya Rodríguez, pasando por Beatriz Talegón, Trinidad Jiménez, la doctora comunista sin pacientes y la gorda que roba en los supermercados con Cañamero van a firmar un documento en el cual deploran la grosería machista de los sindicalistas a los que Su Señoría ha cortado la cola de sus langostinos de Sanlúcar, sus gambas de Huelva y sus cigalas de Bonanza, que dicen son las más sabrosas por el golpe de aguas bravas, la dulce y la salada, que se produce en la muerte del Guadalquivir.
Su Señoría no se ha acobardado y está a un paso de acabar con un sistema controlado por golfos que se dicen representantes de los trabajadores, y viven a costa de los trabajadores, de los parados y de los ingenuos. No se sienta desamparada por los insultos. Le han llamado fea, y algún «hijaputa» se ha oído por los predios inmediatos a los Juzgados de Sevilla. He oído que las de «Femen» también están de su lado, y que van a enseñar sus tetas con un nuevo mensaje: «La Justicia es sagrada».
Usted, señora juez, no presume de nada ni se ha metido jamás en la política. Le llaman la «fea» y la «plana». En el primer calificativo yerran, y en el segundo también. El progresismo, la modernidad, el feminismo respetuoso, todas esas cosas. No obstante, debo reconocer que Su Señoría no puede competir, aproximadamente y según mis cálculos, con las chicas de «Femen». Su juez preferido, don Baltasar Garzón, de primer golpe de vista, aparentemente, tiene más tetas que Su Señoría. No pretendo crear confusiones, pero ya lo dijo Groucho Marx después del estreno de la película «Sansón y Dalila»: «No se puede esperar que el público se interese por una película en la que las tetas del protagonista (Victor Mature) son más grandes que las de la primera actriz (Hedy Lamart)».
Perdone que le hable de tetas, señora juez, pero últimamente en España son motivo de charlas, opiniones, enfados y malas querencias. Pero no se preocupe, y perdone por mi reiterada pretensión de consuelo. Todas las feministas profesionales de España están de su parte, y cuando pasen algunos años, alguna de ellas tendrá la valentía y el coraje de reconocer que usted no merece las groserías de los chulos del sistema, tan machistas, tan retrógrados, tan brutalmente escorados hacia el berrido y la mala educación. También los entiendo a ellos, que llevan viviendo sin dar un palo al agua muchos años, y comiendo como el Aga Khan, y viajando, y organizando eventos a costa de los trabajadores que aún confían en los sindicatos. Sucede que han sido centenares de millones de euros los estafados, y que usted está intentando poner las cosas en claro y las cuentas en su sitio, y eso siempre conlleva un riesgo de antipatía. Le podrían haber llamado otra cosa, pero no fea. Ahí han metido el remo, porque las feministas «progres» no aceptan que las mujeres sean clasificadas por baremos tan machistas, y estoy absolutamente seguro de que van a ponerse a su disposición. Dentro de veinte años, aproximadamente, pero a su disposición.
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