Enrique López
«Si vis pacem, para bellum»
Que el terrorismo es hoy una máxima preocupación y la principal amenaza de lo que va de siglo XXI, nadie lo puede negar. El desarrollo de las nuevas tecnologías y la aparición de grupos internacionales en sustitución de los nacionales hace que aparezca con un nuevo rostro, para lo cual se hace necesario reforzar nuestras armas democráticas. Por ello, es una excelente noticia el reciente pacto suscrito entre las principales fuerzas políticas de España; refuerza las garantías al definir nuevas conductas delictivas como el adoctrinamiento pasivo y la auto-radicalización, y a la vez nos ofrece instrumentos más eficaces para combatir el terrorismo, en especial el yihadista, principal preocupación en estos momentos. En este contexto, resultan cada vez más trasnochadas posturas ñoñas y anticuadas que ven inconstitucionalidades por doquier, posturas que siguen ancladas en arcanas desconfianzas a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por aquello que les contaron sus padres o abuelos, posturas de personajes que se creen los amos del derecho y la ciencia penal, y que todos los días intentan darnos una lección cual profesores universitarios. Los musulmanes radicales repiten a cada momento la famosa frase de «os ganaremos a través de vuestros derechos y os gobernaremos con nuestras leyes». No podemos olvidar que la base del yihadismo es crear el califato en la tierra e imponer la sharía y, en consecuencia, no sólo resultan necesarios leyes, policías y jueces, sino un rearme moral de nuestro principios democráticos, así como respeto a los orígenes judeo-cristianos de nuestra cultura. Renunciar a ello nos hace débiles y enriquece moralmente a nuestros enemigos, que lo son de nuestra cultura y de nuestra democracia. Eso no es incompatible con esfuerzos de integración, pero no pueden explicar posturas beligerantes con nuestra mayoritaria creencia religiosa católica, ni veleidades con los malos disfrazados.
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