Toni Bolaño

Siempre nos quedará... Chacón

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El lunes estuve con Susanna Griso en Espejo Público. Las noticias a debate eran poco o nada edificantes. Bárcenas hacía una nueva peineta desvelando más millones en Suiza y vendiéndose como un broker de categoría. Toni Cantó escondía la cabeza bajo el ala después de dar validez a unos falsos datos sobre maltrato de género. En Cataluña, los espías seguían en boga, implicando, nada más y nada menos, que al ídolo del Barça, Josep Guardiola. En el epicentro del asunto, el todavía Director de Prisiones, Xavier Martorell. Con la que está cayendo sigue en su puesto. En Italia, desaguisado de narices. Berlusconi protagoniza la segunda parte de «El regreso de la momia» y Grillo asumiendo el papel estelar de «Aterriza como puedas».

Con este aderezo, vuelvo en AVE –la huelga en Iberia sigue– con una película programada para la ocasión, «Quiero ser italiano». Vamos, tal y como está el patio, ni de coña. El lío en la bota de Europa no augura nada bueno. El sistema de partidos tradicional ha caído como un castillo de naipes. La amenaza de contagio llega a España en forma de prima de riesgo disparada.La cosa no ha hecho más que empezar. Aquí los partidos tradicionales todavía aguantan, pero la pregunta es ¿hasta cuándo? De momento, el socialismo español ha decidido poner su granito de arena en el caos. De partido de oposición tiene poco, a tenor de encuestas y sondeos. La oposición, o está en la calle o en la Prensa. Por si fuera poco, ayer decidió saltar por los aires. Los socialistas catalanes, en aras de no se sabe muy bien qué, entran al trapo de CiU y rompen la disciplina de voto del PSOE apoyando una resolución a favor del derecho a decidir, sucedáneo de proceso soberanista. Conclusión, el PSC se hace trampas al solitario y pone en jaque el maltrecho proyecto alternativo socialista, que no atraviesa su mejor momento, ni en España ni en Cataluña. Visto lo visto, me apunto a Bogart en Casablanca «siempre nos quedará... Chacón», Carme Chacón. Al menos, en todo el lío de Cataluña, es consecuente. Dijo en su día que no era partidaria de un referéndum soberanista y no ha cambiado de posición. La acusarán de anticatalana. Aunque, hoy por hoy, el peor anticatalán es el que quiere tirar Cataluña por la ventana sin importarle un colín los catalanes que van dentro. Además, España y los españoles van detrás. Miremos un momentito a Italia, por favor.