Psiquiatría

Sin excusas

La Razón
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Matar a otro ser humano nunca está justificado. ¿Qué pasa por la cabeza de alguien que mata a sus hijas con una radial? El parricidio cruel es condenable tanto en un tribunal en la Tierra como en el cielo, pues no hay situación límite, emocionalmente hablando, que lo justifique ni siquiera el odio a la ex. Como coach experta en empoderamiento femenino, insisto mucho en «rascar y rascar» para averiguar si, ese hombre aspirante a pareja, guarda o no esqueletos en el armario –así se refieren los americanos a los «secretos» o información personal clasificada de esa que no queremos que se sepa debido a que nos avergonzamos de ella o porque muestra nuestro lado oscuro y/o peligroso–. ¿Cómo pudo una mujer enamorarse de semejante monstruo inhumano? Un tipo con actitud soberbia, chulesca, arrogante... Apunta maneras. Seguro que este parricida era manipulador, machista, controlador, vil... Con un nivel tal de soberbia que no aceptó –suele darse baja resistencia a la frustración_, que ella lo dejase o que no lo idolatrase. Y, por eso se vengó matando a las hijas (síndrome de Medea en el hombre). No se volvió loco, sabía lo que hacía, luego esta conducta debió anunciarse, en el pasado, en otras. Aconsejo informe psicológico forense antes de casarse –versión formal del «enséñame la patita por debajo de la puerta»–.