Julián García Candau

Sin Leo es menos

Sin Leo es menos
Sin Leo es menoslarazon

El Barcelona sin Messi es menos. Sin él es vulnerable. Tuvo que recurrir a su presencia para que el partido y la eliminatoria cambiasen de signo. Con Lionel, sus compañeros encontraron la chispa de la que habían carecido con anterioridad. Con él, el PSG tuvo que prestar más atención defensiva y llegó el empate en jugada de Messi, Villa y remate de Pedro.

Con Messi todos se revolvieron contra la eliminación que, por el gol de Pastore, el juego parsimonioso y con sólo Iniesta como paladín, parecía inevitable. Salió Messi, intervino poco, se paseó la mayor parte de los minutos porque se cuidó, pero su presencia fue suficiente para que el Barça se clasificara para las semifinales. Superdependencia.

Hasta la aparición de Messi, al Barça le costaba poseer el balón, la mejor de sus condiciones futbolísticas. El Paris Saint Germain cerraba bien su zaga y contragolpeaba con peligro. El guardameta de los parisienses, Sirigu, no tuvo la ocasión de mostrar sus virtudes. Por el contrario, Valdés fue obligado a salvar dos goles.

Hubo mucho más peligro en el área barcelonista que en la contraria. El Barça jugaba con la ventaja de que el empate le valía para clasificarse y, sin embargo, perdía balones como si le pesase el compromiso. Puso todas sus posibilidades en Iniesta. Ni siquiera Xavi era capaz de llevar la batuta en el Barcelona. Los tres hombres de ataque, Cesc, Villa y Pedro no tenían el mismo peso que Lavezzi, Ibrahimovic y Lucas Moura. A ellos se sumaba Jallet por la banda derecha y todo contragolpe del equipo francés era un ¡ay!

Los parisienses jugaban al ataque más sencillo. Pocos pases, mayor rapidez y más verticalidad. Llegó Messi y todo cambió.