César Lumbreras

Sin política energética

Un año después de la vuelta del Partido Popular al poder seguimos dando tumbos y sin política energética clara. Tampoco se atrevieron con este hueso duro de roer, ni los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, ni los de José María Aznar, ni los de Felipe González, ni los de UCD. Por eso no es cuestión de pedirle a Mariano Rajoy que resuelva en doce meses un asunto al que no se ha encontrado solución en más de 35 años. Pero, digo yo, que algo habrá que ir haciendo, además de subir otra vez la luz (llevamos unas horas con las nuevas tarifas) y de sustituir al responsable de la política energética cuando todavía no llevaba un año en este puesto. El agraciado con este «potro de tortura» es Alberto Nadal, el hermanísimo del todopoderoso director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, Álvaro Nadal, que es el que parte el bacalao en la «cosa económica». No sé por qué, pero me barrunto que, si ahora preocupan en todo el mundo las cuestiones financieras, en los próximos años vamos a asistir a una nueva crisis energética. Tanto si esta situación llega a producirse, como si no, la realidad es que necesitamos una política energética coherente y a medio plazo. El punto de partida es muy fácil: somos un país muy dependiente del exterior en energía. A continuación es necesario saber nuestra demanda, ver cómo podemos satisfacerla mediante las distintas fuentes, los precios de las mismas, hacer el «mix» correspondiente y, «voilá», sacarse el nuevo modelo de la chistera, como si de un conejo se tratase. Se dirá que esto es fácil de enunciar, pero difícil de realizar. Y es verdad. Vamos a ver si los «Nadal Brothers», demuestran ser tan capaces como dicen.