Medidas económicas

Solbes no es inocente

La Razón
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El que fuera ministro de Economía durante la primera etapa zapaterina, Pedro Solbes, compareció ayer en el Congreso de los Diputados para explicar su papel en la crisis económica. A la postre, el socialista dirigió el Ministerio entre 2004 y 2009, esto es, durante la etapa de mayor hipertrofia de la burbuja inmobiliaria y durante los años de entrada en la depresión. A juicio del economista alicantino, Zapatero y el resto de miembros del PSOE se negaron a escuchar sus proféticas advertencias a propósito de los riesgos del burbujón ladrillístico: todos sus consejos para frenar la euforia inmobiliaria, dijo, cayeron en saco roto.

A renglón seguido, Solbes también admitió ciertos errores de previsión con respecto a la magnitud de la crisis: la recesión de 2009, aseguró, fue muy superior a la esperada (una contracción del 3,6% del PIB frente a su estimación del 2%) y, a su vez, la recuperación no llegó cuando habían esperado que lo hiciera–finales del año 2010– sino que, por el contrario, la economía cayó víctima de una segunda recesión. Atendiendo a estas declaraciones, pues, parecería que Solbes actuó diligentemente durante los años de la prosperidad y no dolosamente- errores no intencionados de cálculo- durante los de caída libre. Sin embargo, no deberíamos olvidar que la actuación de Pedro Solbes fue crucial durante la campaña electoral de los comicios generales de 2008 para enmascarar ante la ciudadanía los más que evidentes síntomas de crisis que ya estábamos viviendo a finales de 2007.

En el debate televisivo entre Solbes y Pizarro, el primero mintió con aplomo ante las cámaras para desacreditar las sensatas advertencias que entonces lanzó el segundo. Sin el blanqueamiento económico de Zapatero por parte de Solbes, tal vez el PSOE no habría revalidado la victoria electoral y, en tal caso, muchas de las nefastas medidas que tanto agravaron la crisis –Plan E, bloqueo de la reforma laboral, ocultación de la situación real del sistema financiero, etc,– puede que jamás se hubieran tomado. Solbes no fue un mero espectador pasivo del fiasco económico que vivió España, sino que fue uno de sus principales cómplices.