Alfonso Ussía
Sopor y fuga
Los fichajes de estrellitas en «Podemos» entran por una puerta y salen por la otra. Sopor y fuga. Nada más aburrido que un dogmático con pretensiones de ingenioso. Y el repipi es un soporífero, una caja de «Lorazepam» con coletas. Por otra parte, me causa extrañeza la poca confianza que tiene el repipi en los suyos. No repara en ellos. Y sus fichajes son bastante cutres. Como si Florentino Pérez, para dotar al equipo de mayor velocidad en el juego contrata a un primo de Isco, y lo anuncia con pretensiones de gloria. Para mí, y me adelanto a los acontecimientos, que el próximo en escapar va a ser el afligido ex general. Transporta una expresión de tedio de muy complicada superación. De JEMAD ha pasado a ser «Julio el desvanecido».
Para colmo, de lucir un elegante uniforme militar ha saltado al uso textil de la marginación más hortera, y en ese aspecto se equivoca. Los votantes de la izquierda más troglodita disfrutan con las películas americanas de amor y lujo.
En las últimas horas, y para tapar una de las imprevistas deserciones, el repipi del «Consejo de Paz» y «no son momentos para la venganza», ha fichado al magistrado Juan Pedro Yllanes, que dicha sea la verdad, no es de esas personas que enardecen a su paso a las multitudes, como Ghandi. Yllanes iba a presidir el tribunal del caso «Noos», y esa circunstancia es la que ha animado al pelma a cumplir con su contratación. Un magistrado politizado y por ende sospechoso de muy reducido atractivo personal. Otro que se irá.
Como haría bien en irse, pero con una patada en el antifonario, la Jefa de Prensa del tostón, que al oír la improvisada y emocionante «Marsellesa» que se entonó a las puertas de la Embajada de Francia, clamó un «¡Putos fachas!» que en aquel momento y en ese preciso lugar resultó inadmisible. Sólo la miseria moral ampara tal actitud. Acompañaba al repipi a dar el pésame al Embajador de Francia, un falso pésame en busca de la foto en la que aparece vestido de fantoche y con las manos en los bolsillos.
En unas semanas, el repipi se ha negado a formar parte del pacto en defensa de la unidad de España y de la Constitución. Se ha opuesto a respaldar el pacto contra los terroristas de la Yihad y el llamado Estado Islámico. No se ha sumado a la moción propuesta y aprobada por el Senado que exige la libertad inmediata de los presos políticos en las cárceles bolivarianas de Maduro. Para él, lo fundamental es crear un «Consejo de la Paz», que merece al menos que nos explique de qué se trata, y si los consejeros van a percibir dietas extraordinarias por pertenecer a tan encomiable organismo. Todavía estamos pagando –porque Rajoy no la ha disuelto–, la gilipollez de la «Alianza de Civilizaciones» ideada por el ex Presidente Zapatero, que colocó en su más adornado despacho a Federico Mayor Zaragoza, el Rector franquista y ministro centrista que se cegó con la luz proletaria de principios del siglo XX cuando ya no tenía edad para semejantes tonterías. Le recomiendo su fichaje al repipi con el fin de ser nombrado «Presidente del Consejo de la Paz y de No es Momento para la Venganza».
No obstante, Pedro Sánchez ha afirmado que podría alcanzar acuerdos después de las elecciones de diciembre con «Podemos», porque «Iglesias ha abandonado la retórica populista». Una majadería. Lo menos que importa de Iglesias es su retórica, que es un tostón de retórica, sea populista o no. Lo que no ha abandonado Iglesias, y Sánchez no lo quiere ver, es su estalinismo renovado, su apoyo y dependencia a y de las dictaduras, su antisemitismo, su obsesión contra la civilización cristiana y los valores occidentales, su desagrado por la unidad de España y su tendencia a considerar al mundo libre más culpable del terrorismo islámico que a los propios terroristas. Y si esto no lo ve Sánchez, que vaya al óptico.
Y que es muy pesado, muy pedante, muy repipi y no lo soportan ni sus estrellitas.
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