Transporte

#Soyfeminazi

La Razón
La RazónLa Razón

Voy a contarles algo que me pasó ayer regresando en Blablacar desde San Sebastián a Madrid. La verdad es que este invento tiene muchísimas ventajas. En mi caso, una persona antisocial, me permite conocer gente y conversar un ratito con otro ser humano. Es barato, fácil, bastante seguro, fiable, y los conductores suelen ser cumplidores, amables y generosos. En el viaje de ida me tocó un anfitrión silencioso. Creo que cruzamos apenas un «¿podrías parar a que vaya al baño?», y un «¿puedes entrar por el Antiguo, por favor?». Y nada más. El coche era fabuloso y soy partidaria de, si no hay nada que decir, decir nada. Por cierto, está Donostia tan bella que es abrumadora. Tan bella, tan tranquila, tan en paz consigo misma. Una delicia de ciudad, una preciosura, una alhaja cincelada por el cielo. El caso es que ayer me recoge el dueño del auto en el que me sumo al viaje a Madrid y me parece un tipo moderno. Barba de salafista, descuidado, surfer, collar de cuentas de madera. Me cuenta que tiene ganas de charlar y que no le gusta viajar solo. Me pregunta a qué me dedico y luego me pregunta si somos tan fachas como parecemos. Le digo que en absoluto, nos reímos, y enseguida me cuenta que pertenece a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Hablamos de Barcelona, apenitas. Y de pronto me dice «yo lo que no aguanto es a las fenimazis». Y yo pienso «nos vamos a divertir». No me pregunten cómo pero rompe a hablar de violaciones, de cómo visten las chicas de hoy en día, que la solución es mano dura y que ellas sean recatadas, aprendan defensa personal y lleven un spray picante para los ojos. Y cuando ya creo que el vómito me llega a la campanilla aporta lo definitivo para la arcada: en el caso de la manada que violó a una chica de Madrid en las fiestas de Pamplona del año pasado, ella les acompañó de buena gana al principio y entonces hay que asumir los riesgos. Y cuando estaba a punto de decirle lo que deseo que le pase a esa mierda de manada y al guardia civil inculpado, cruzó un pajarito y el me recomendó asistir a algún espectáculo de cetrería para asistir en directo a la caza de una perdiz por parte de un halcón. Emoticón de cremallera en la boca.