Irene Villa

Stop ablación

Hoy, Día Mundial de la Tolerancia Cero a la Ablación, pedimos que todo el mundo se sensibilice, pero sobre todo que se responsabilice de la injusticia y el ataque a la integridad física y moral que sufren millones de mujeres sometidas a la mutilación genital. Convivir significa respetar la diversidad cultural, entender el multiculturalismo, algo que nos enriquece, pero cuando se trata de agredir y mutilar ocasionando graves problemas psicológicos, hemorragias, infecciones y hasta la muerte, es necesario parar esta tradición que supone una violación, por muy enraizada que esté. Esta práctica culturalmente arraigada se apoya en razones sociales (impedir que la mujer tenga contactos sexuales ilegítimos), religiosas (asociada erróneamente a la circuncisión masculina), psicológicas (se cree que mejora la obediencia y la docilidad de la mujer), espirituales (se relaciona con la feminidad) y médicas (creen que es más higiénico si las secreciones vaginales disminuyen), pero de lo que se trata realmente, como apunta el doctor Palomo, ginecólogo comprometido con los derechos de la mujer, es de un problema médico mortal que se superaría con una educación básica. En ello está trabajando la ONG de ayuda humanitaria World Vision. Con testimonios desgarradores de mujeres valientes como Jenifer, que se opone a que su hija sea mutilada, o Janet, que se escapó a los nueve años del cruel destino de sus compañeras, quienes no comprendían que huyera de tan necesario rito, o Tabitha, que acoge a niñas en una escuela refugio, tratan de desterrar las tradiciones más dañinas. Ayudemos a que huir de un matrimonio forzado y de la mutilación genial tenga una salida.