Irene Villa

Tabla de salvación

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En 1978, además de nacer nuestra Constitución para crear un marco legal de derechos y deberes fundamentales que favoreciese el bienestar común, nació también, en Chile, la llamada Teletón, como una importante plataforma de integración desde la que mejorar la calidad de vida de miles de niños con discapacidad. Se trata de un maratón televisivo que se realiza anualmente para recaudar fondos que ayuden a la normalización de quienes tienen dificultades de movilidad. Es increíble y esperanzadora la alegría de cada año de alcanzar las metas, tantas veces incluso superadas, en los distintos telemaratones que se hacen ya también en otros muchos países, porque el proyecto de acercar los avances tecnológicos a la discapacidad triunfó en un mundo solidario y comprometido. Lástima que España no se encuentre entre ellos, aunque quizá algún día estará. Pues precisamente a Chile están llegando cada vez más españoles para trabajar. Cambiaron las circunstancias y de nuevo los españoles se ven abocados a dejar su querida tierra. Nuestros jóvenes, con la tasa de desempleo más alta de Europa, son los que más han sentido esta realidad. Los más contestatarios se manifiestan con pancartas: «Juventud sin futuro». Y con lemas como: «No nos vamos, nos echan». El caso es que, como ocurriera años atrás, hay que salir, y países de los que vinieron muchos trabajadores a España, son ahora destino escogido. Y todo gracias a que compartimos la misma lengua... es una pena que en ciertas partes de nuestro país se ataque al castellano, con fines claramente políticos, cuando está siendo una auténtica tabla de salvación.