Julián García Candau

Todos en ruina

El fútbol español ha sido siempre ruinoso. Ya decía Pepe Samitier que si fuera buen negocio estaría en manos de los bancos. Se equivocó porque hubo años en que todos dependieron de ellos. Ya no es así. Las entidades financieras no pueden conceder créditos con la facilidad de tiempo atrás. En muchos casos primaba la posibilidad de atraer impositores por las ventajas concedidas a los clubes con muchos socios. Las entidades deportivas, las cuatro de la Liga y las dieciséis sociedades anónimas de Primera, amén del resto de las otras categorías, ya no están pendientes del vencimiento de los pagos a los bancos. El fútbol español está casi en manos de Hacienda.

Los despilfarros han tenido como consecuencia retrasar los ingresos en la caja nacional. El IRPF, el IVA y demás impuestos han dejado a casi todos al descubierto. Ya no ha quedado otro remedio, cuando el Gobierno se ha puesto serio, en llegar a acuerdos para ir pagando. Al Deportivo le han embargado, al Málaga le han castigado en Europa por diversas causas crematísticas y el Sevilla se ve con el agua al cuello. El club hispalense vivió años de penuria que fue salvando con economía de guerra. A José María del Nido casi le están forzando a desprenderse de algún jugador importante con el que hacer caja y acudir a los compromisos adquiridos. Negredo, que tiene buena cotización, podría salir de Nervión. El Sevilla ha hecho grandes fichajes y enormes ventas. Y no ha sido suficiente.

Posdata. En la lista de deudores, todos. Del Barça abajo, ninguno.