Irene Villa

Tranquilidad y continuidad

No entiendo bien el revuelo en tantos foros por la abdicación del Rey. Es completamente comprensible su decisión, más aún cuando el sucesor es una de las personas más queridas de la Casa Real. Vamos, que nos deja en buenas manos, las de quien lleva toda su vida preparándose para ello y que además, con una sensibilidad especial, ha demostrado amar y defender a España siempre. Tampoco entiendo los comentarios menos positivos hacia quien ha velado por el bienestar común y los intereses de todos durante 39 años, mediando cuando ha sido necesario, facilitando relaciones cuando nos hacían falta, en un constante fomento de la concordia, la convivencia y el impulso de valores democráticos. Se puede o no ser monárquico, o tener una postura neutral como le ocurre quizá a una mayoría, pero no podemos negar que nuestra Monarquía ha sido vital y necesaria en muchas ocasiones. No sólo para garantizarnos la soñada y valorada Democracia, sino porque ha procurado, especialmente en los momentos más duros, el entendimiento, el consenso, que las relaciones internacionales fueran beneficiosas, para que todo ello repercutiese además en una buena economía... Su Majestad ha viajado por todo el mundo para colocarnos en un mejor lugar, creando acuerdos de cooperación en materias vitales. SM la Reina Sofía, además de acompañarle en su continua y extensa labor, ha sido premiada en multitud de ocasiones por su dedicación, por ejemplo, a los más desfavorecidos. Por facilitarnos la vida en tantos campos, pero sobre todo por su cercanía, implicación y entrega, tenemos la tranquilidad de que la gran labor continuará.