Restringido

Turno para las defensas

En el turno de las defensas hemos reeditado el choque técnico pero también estético entre un Xavier Melero impecable, con empaque y argumentos de gran abogado, y las disposiciones de Van Eynde. Melero ofreció los disturbios públicos a cambio de la rebelión, la sedición y la malversación. Huelga decir que el legislador había desatendido las barreras cuando sólo concibe la rebelión como una suerte de alboroto con divisiones aerotransportadas y espadones en tanque. O cuando descartó un escenario donde el poder político local arremetiera contra el ordenamiento jurídico. Las menciones finales a Amanece que no es poco no dejan de ser brillantes. Aunque puestos a competir con las notas a pie de página, que no tienen más importancia que el adorno psicológico, desmerecen ante las citas de Kelsen de la fiscalía. Por su parte el abogado de Junqueras y Romeva aparcó unas horas su virtuosismo a las seis cuerdas activistas para lucir su felina capacidad jurídica. Entre otras acrobacias destaca la petición al tribunal que interceda, ora pro nobis, para que solucione el mundo o, cuando menos, arregle Cataluña. «Este juicio es una oportunidad, es muy bonito, es una oportunidad para superar una crisis». Mano tendida, mirada al frente, el hombre también conocido como Mr. Black Lives Matter insinuó grandes males si los jueces no le hacen caso. Cosa rara, la hipótesis de horrísonos altercados, habida cuenta de que la revolución fue siempre la de las sonrisas y que las únicas violencias estructurales habidas y por haber en su tierra son achacables a las fuerzas de ocupación madrileñas, a los togados del Constitucional, que osaron enmendar la voluntad de un pueblo, y a la maléfica continuidad histórico-artística del franquismo y afines. Sí estuvo fino al exponer las fisuras de la propia acusación: «Nos decía la Fiscalía que ni por asomo es sedición, y la Abogacía del Estado nos decía que ni por asomo es rebelión. Antes de que empiecen a hablar las defensas, hay un desacuerdo monumental sobre las bases de la acusación. Entonces no estará tan claro». Se le olvidó añadir que gracias a esa disonancia, y a que la abogacía del Estado renuncia en enero a todo lo que había mantenido hasta entonces, cuando la abogada general del Estado destituye al jefe del departamento de Penal de los Servicios Jurídicos del Estado porque se había negado a firmar la nueva acusación, gracias en fin, a los desvelos del gobierno de Pedro Sánchez para evitar el espinoso camino que conducía a una sentencia por rebelión, se ha salvado la ruta de la sedición. Que la fiscalía finalmente obvió, que Rosa María Seoane dejó abierta y que vale por doce años en el talego. Pero de todo esto hablamos mañana con el hombre que mejor lo ha visto.