Política

Francisco Marhuenda

Un error innecesario

Un error innecesario
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La decisión de Pedro Sánchez de obligar a los eurodiputados socialistas españoles a votar en contra de la elección de Juncker es un error tan absurdo como innecesario. Esta muestra de radicalismo no aporta nada, aunque pone de manifiesto un deseo de confrontación que es insólito cuando existía un acuerdo entre los dos grandes grupos que son el motor de la Unión Europea. El nuevo líder del PSOE actuó en clave de política española y es bueno que asuma que es peligroso convertir las instituciones europeas en un campo de batalla partidista. Es una línea de actuación más propia de Podemos y su líder, Pablo Iglesias, que de una formación que juega un papel clave en la Unión Europea. Es cierto que los militantes de un partido siempre son más radicales, por regla general, que los votantes, pero sería bueno que situara su línea de actuación en el centro y la izquierda, porque las elecciones no se ganan desde el radicalismo sino instalándose en la centralidad. Hay un espacio en el que compiten Alberto Garzón, de Izquierda Unida, y Pablo Iglesias, de Podemos, pero no creo que sea un terreno donde el PSOE pueda ser creíble. La renovación no debería significar una desnaturalización de lo que fue el felipismo y el zapaterismo para saltar a unas posiciones radicales y populistas. La presidenta de la Junta de Andalucía, desafortunadamente para el PP, ha encontrado un punto que parece que le funciona bien a pesar de los graves escándalos que afectan a sus antecesores y sus gobiernos. Esto explica que quiera que las primarias sean después de las autonómicas y municipales. No porque pretenda ser la candidata, algo que ha descartado porque los tiempos lo hacen imposible, sino por una cuestión de estrategia política que es tan evidente que me sorprende que alguien quiera celebrarlas en noviembre. El nuevo secretario general necesita formar un equipo, recuperar la credibilidad del PSOE como alternativa y preparar las municipales y autonómicas. No basta un cambio de líder para conseguir estos objetivos y sería absurdo abrir una nueva carrera interna cuando falta un año y medio para las generales. El efecto para el PSOE será más potente si se hacen las primarias después de las municipales y autonómicas. No hay que olvidar que Sánchez sólo ha ganado una consulta entre los militantes socialistas y es una gran incógnita. Hay que verlo actuar en el Congreso en su nuevo papel frente a Rajoy para saber si estamos ante un líder con posibilidades. La izquierda mediática se volcará con el nuevo secretario general para así arremeter contra Rajoy y su Gobierno, por el que no tiene ninguna simpatía.