Elecciones Generales 2016

Un escenario muy abierto

La Razón
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Las encuestas marcan una tendencia, pero está todo muy abierto. Hay un elevado número de indecisos. En las elecciones del 20-D un 62,8 % decidió su voto antes de que comenzara la campaña, un 9 % durante la primera semana, un 16,6 % en el trascurso de la segunda y un 9.3 % en la misma jornada de reflexión o incluso el mismo día de la elección. No creo que se produzca un vuelco sobre el resultado del 20-D, aunque no será igual. En primer lugar, nadie contempla que no se alcance un acuerdo. Por ello, lo fundamental es lograr el mejor resultado para negociar con fuerza ya sea para liderar un gobierno o para apoyarlo. La fuerza o la debilidad de cada una de las fuerzas será determinante. Otro aspecto es, precisamente, el número de escaños que obtenga Rajoy. Finalmente, es clave saber si Podemos consigue o no ser la segunda fuerza en detrimento del PSOE. No parece que el PP pueda subir más allá de 2 o 3 puntos con respecto a las anteriores elecciones, porque no se percibe un desgaste de Ciudadanos o una recuperación intensa de los abstencionistas. La campaña puede ser muy importante, quizá mucho más que en ocasiones anteriores, porque puede producir modificaciones que luego sean decisivas a la hora de formar un gobierno. Es una campaña muy centrada en los medios de comunicación, aunque se mantengan los formatos tradicionales de los mítines. Todos aprovecharán intensamente las oportunidades para rascar votos donde puedan. Hay alrededor de 6 millones de indecisos que serán, sin lugar a dudas, muy decisivos. Por otra parte, las encuestas muestran una polarización entre un posible gobierno liderado por el PP y uno de izquierdas con Podemos. Otro aspecto inquietante es la inexperiencia de algunos de dirigentes, que podrían gobernar una “empresa” que tiene un PIB superior al billón de euros, más de cuarenta millones de habitantes, una historia milenaria y es una de las naciones más ricas y desarrolladas del mundo.