Iñaki Zaragüeta
Una imagen de diálogo
Consenso y diálogo fueron quizá las palabras más repetidas como solución a todos los problemas por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en su conferencia del Fórum Nueva Economía. Imagino que el objetivo es claro y, en mi opinión, acertado. Con ello da la impresión de que su Gobierno está abierto a todas las indicaciones y propuestas que se lancen desde otros partidos, incluidos los de la oposición, y organizaciones de la sociedad civil. Como si en esta legislatura fuéramos a gobernar todos, de forma que las consecuencias, cualesquiera que éstas sean, distribuyan la responsabilidad entre todos.
La filosofía de la propuesta no puede ser más atinada, especialmente cuando ha brillado por su ausencia en la política española, cuyos Gobiernos han gozado muchas veces de mayorías absolutas y han obviado la participación del resto de formaciones. A nivel nacional y en las diferentes Comunidades autónomas.
Otro de los mensajes nucleares de la intervención presidencial se centró en dejar en evidencia al Consell anterior del Partido Popular, culpable de todos los males acaecidos en nuestra Comunitat por lo que será prácticamente imposible de sacar adelante a no ser que el Gobierno central cambie radicalmente su posición. No contó que la última financiación, la más injusta, se decidió con Zapatero en la Moncloa o que ni con éste, tampoco con Aznar, se equipararon las ayudas para Valencia como para el Liceo de Barcelona o la Ópera de Madrid, como tampoco con Felipe González respecto al transporte de Madrid, Barcelona y Sevilla. Me refiero a ellos porque fueron citados por el Molt Honorable ayer.
Su alocución dio para más. Me referiré a ellas en los próximos días. Así es la vida.
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