Toni Bolaño
Una nueva dimensión
La política catalana entra esta semana en una nueva dimensión. Mas llevará al Parlament los presupuestos de 2015. No servirán para gobernar pero sí para cubrir los objetivos del nuevo caudillismo revestido con una supuesta patina democrática. Por un lado, meter el dedo en el ojo de ERC, forzarla a aceptar la lista unitaria que patrocina el nuevo caudillo y así poder convocar unas elecciones que diluyan la fragilidad presupuestaria. Por otro, meter el dedo en el ojo al Gobierno de Rajoy para acusarlo de todos los males que afectan a Cataluña. La inclusión de ingresos no negociados en los grandes números indica cuál es la intención. Si Madrid no paga, tendrá la culpa de los recortes o tendrá la culpa de no poder pagar la extra a los funcionarios, entre otras adjudicaciones culpabilizadoras que esgrimirá el Gran Hermano que todo lo ve, todo lo controla, todo lo dirige.
Mientras enreda con este nuevo fuego de artificio, el presidente de la Generalitat sigue adelante con su lista única, su nuevo Movimiento Nacional. En él cogen todos. Sólo una premisa, seguir al líder, al mesías, al caudillo. Se puede ser de derechas, de izquierdas o antisistema para entrar en el Movimiento que representa al «país». Los que defiendan otras posiciones no son de país. Son otra cosa. En su país estarán los buenos catalanes. Los malos, no. En su país tendrán cabida los socialistas disidentes, que sólo han sido disidentes cuando ven en la lista única una oportunidad para que sus posaderas no pierdan la silla en el nuevo Parlament. En su país se suplanta al individuo por el pueblo y el pueblo sólo se representa a través de una lista única dirigida por el líder. Sólo el Movimiento Nacional da las respuestas que exigen los ciudadanos inmersos en la manipulación del lenguaje llegando a confundir independentismo por insatisfacción.
Con este panorama, ERC se resiste a caer en las redes del nuevo caudillo intentando evitar el abrazo del oso pero, ciertamente, lo tiene difícil. La Asamblea Nacional de Catalunya y Òmnium Cultural han cerrado filas con Mas. No en vano, Carme Forcadell quiere elecciones antes del verano porque en el verano dejará de ser la presidenta de la ANC. Con estos aliados, el presidente catalán ha puesto de nuevo contra las cuerdas a Junqueras que intenta buscar fórmulas imaginativas para presentar listas por separado. Pero Mas, ha utilizado su propio Caballo de Troya para entrar en las filas republicanas. Ya son más de uno, de dos y de tres, los que presionan a Junqueras para que acabe aceptando la lista unitaria y, de paso, que dé estabilidad al patriótico gobierno. Hoy, Junqueras, vestido para la ocasión, hará pública su apuesta de éxito dudoso. Si se queda fuera del movimiento nacional será acusado de poner palos en las ruedas al proceso que culmine con la independencia de Cataluña. Es lo que tienen los movimientos nacionales, el que se queda fuera es un traidor. El que lo combate, llámese Rajoy, Sánchez, Rivera o Iceta, también.
El movimiento nacional y su caudillo han conseguido su primer objetivo. El que no está dentro es enemigo de Cataluña, incluido Junqueras. Sólo tienen bula los de la CUP, los antisistema. Ellos pueden ir su propia lista porque, en el fondo, también son movimiento nacional.
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