Lucas Haurie
Vente a Buenos Aires
La candidatura tokiota para los Juegos que hoy se conceden en Buenos Aires propone clausurar la XXXII Olimpiada el 9 de agosto de 2020, el día en el que se cumple el 75 aniversario del lanzamiento de una bomba atómica sobre Nagasaki. El valor simbólico es enorme para una nación que en dos años se ha recuperado de manera asombrosa del tsunami que disparó la alerta nuclear en Fukushima. Japón es una superpotencia económica, y por consiguiente diplomática, con todas las opciones para ganar la votación del COI, más que nada porque ofrece en todos los aspectos unas garantías que ni sueñan Madrid y Estambul. Esta noche, además, jugarán la carta sentimental para apuntalar una elección que en cualquier otro contexto sería segura. Pero no en un censo compuesto por cien oligarcas, entre los que hay que buscar sólo motivaciones individuales, lícitas o no; por eso españoles y turcos empujarán hasta el final. Lo que no termina uno de ver es el desplazamiento hasta el Cono Sur de generosas delegaciones de políticos cordobeses y malagueños, convidados a la fiesta (con dinero del contribuyente) ante la posibilidad de que El Arcángel o La Rosaleda acojan un Burundi-Letonia de la fase preliminar de fútbol femenino. ¡Magra gloria olímpica! Nieto, Bendodo, De la Torre y compañeros mártires pergeñan el asalto a la Junta de Andalucía para, dicen, terminar entre otras cosas con el despilfarro de dinero público en fruslerías. Pues han perdido una excelente oportunidad para predicar con el ejemplo, o será que es inevitable perder el culillo por un viaje transoceánico gratis.
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