José María Marco

Volver a sonreír

El pasado 26 de abril la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros fue entendida en clave casi catastrófica, como si el Gobierno hubiera dado por perdida la legislatura en términos de creación de empleo y de crecimiento. Es posible que la de ayer, día 27 de septiembre, sea entendida como una declaración triunfalista. Ninguna de las dos interpretaciones es correcta. La de hace cinco meses emitió un mensaje de sobriedad en el que se invitó a la sociedad española a tomar conciencia de la extraordinaria dificultad de la situación. La de ayer, por su parte, viene a confirmar el hecho de que la sociedad española tomó nota de lo que estaba ocurriendo y ha reaccionado a la intensa actividad reformista que se ha puesto en marcha desde el Gobierno: reformas en la Administración del Estado, reformas en la economía y reformas en la legislación del trabajo. No hay campanas al vuelo, ni tampoco anuncios de futuribles brotes verdes. El Gobierno se mostró una vez más realista y sobrio. Explica los datos que permiten afirmar que estamos saliendo de la recesión y, al presentar las bases macroeconómicas de los Presupuestos de 2014, prevé una acción en consecuencia, como antes previó las que han permitido llegar hasta aquí. La diferencia es muy grande, en el fondo y en el tono. Pero entre un momento y otro hay esfuerzo y ganas de cambiar las cosas. Es lo que distingue a un Gobierno que trabaja para el bien común de otros anteriores empeñados tan sólo en la propaganda.