Julián Redondo
... Y 20 periodistas
La edad sólo es importante en los quesos y en el vino, sabia reflexión de una buena amiga, tan rebelde que mantiene el árbol de Navidad en el salón de casa todo el año, con las bolas, las figuritas, sin luces siempre. Pero es consustancial avanzar con nuestros caprichos o manías, con la existencia, que consiste en cumplir años entre valles y montañas, madurar con los golpes de la vida, aprender del traspié, caer y levantarse, llorar y reír, montar en un avión y aterrizar sanos y salvos. «La muerte es algo que no debemos temer porque mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos», la cruda realidad reflejada en las palabras de Antonio Machado. Y sin embargo es tan injusto dejar de ser. Cléber Santana, capitán del Chapecoense, antes jugador del Atlético de Madrid y del Mallorca, salió de casa, como tantas veces hizo, como parte de una rutina, y se despidió de Rosangela, su esposa. Fundidos en un abrazo susurrándose «hasta la vuelta». Ya en el aeropuerto, Cléber gravó para ella esta frase en su cuenta de instagram: «En cuantas vidas yo viva, en todas te amaré». ¿Premonitorio? Acto seguido, ya en la aeronave, el veinteañero Tiaguinho recibió una bolsa de sus compañeros, con un pequeño detalle dentro y una tarjeta de su esposa que le avisaba: «Vas a ser padre»... Pequeñas historias diseminadas, como los cuerpos, los sueños, las ilusiones, los restos, las cajas negras, las pertenencias y todo lo demás, en una catástrofe humana mayúscula a la falda de una montaña. Entre los 71 fallecidos, 20 periodistas deportivos; uno sobrevivió, Rafael Henzel. ¡Qué vida le aguarda! Pero le espera. «No temo a la muerte, sólo que no me gustaría estar allí cuando suceda». Ni siquiera Woody Allen lo conseguirá. DEP.
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