María José Navarro

#YoSíTeCreo

La Razón
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«Hagas lo que hagas, quítate las bragas». Eso rezaba en la camiseta que aparecía en una de las fotografías que la joven presuntamente violada por La Manada colgó en sus redes sociales y que la defensa de estos cinco seres angelicales que no habían roto un plato en su vida ha presentado como prueba. Una prueba que pretende justificar que hubo consentimiento, que ella no sufrió ni durante ni después y que ellos son unos pobres chicos que cayeron en las redes de una lagarta que se puso flamenca y que les incitó hasta que no tuvieron más remedio que penetrarla anal, oral y vaginalmente, apresarla de la cintura, del pelo, apretarle un poquito la mejilla y robarle el móvil. Y además grabarlo todo, imagino que para verlo después y disfrutar otro ratito con los colegas. Pero quién puede dudar que se trata de unos chicos estupendos, algunos con sus novias, con su pasadito en cuerpos militares un par de ello, con sus reparos para que sus nombres no rulen por las redes porque ellos son muy mirados para sus cositas. No olviden que ella solo cerró los ojos. Luego estuvo un ratito en shock, pero poco para el gusto general. Y encima, la muy buscona prefirió rehacer su vida a cogerse una depresión, hay que ver qué cara más dura. Ha dicho una coach que sale por televisión ( de esas que lo mismo analizan los gestos de Rosa Benito en las eras pre y post Amador Mohedano que pontifican sobre una niña violada) que»ella tiene derecho a un no y también ellos tienen una oportunidad de decir que no ante una provocación de ella”. Pero no contentos con eso en otro canal se han hecho capturas del vídeo grabado por estos hijos de perra y se han mostrado a los telespectadores. El día que asesinen a alguien espero que podamos demostrar que merecía la muerte. Hacia eso vamos, desgraciadamente. A la violación no se le pueden poner parches. Se puede violar a una prostituta, a una chica sin prejuicios, a una esposa dentro del hogar y todo eso, todo, es violación. Sin paliativos. «Hagas lo que hagas, quítate las bragas». Ay, las camisetas, si es que vamos provocando. Para que luego digan que el feminismo está pasado de moda. No hacen más que empujar para que tome bríos.