
La situación
Competencia y competencias
«Esa parte del modelo autonómico no funciona. Pero así la prefieren unos y otros»
Este duro verano para los montes de España ha resultado ser, además, un ejemplo práctico sobre el ajuste fino al que habría que someter al Estado autonómico. El título VIII de la Constitución estableció un modelo de descentralización que ha tenido éxitos evidentes en el desarrollo de determinados territorios. Por desgracia, la debilidad de los sucesivos gobiernos centrales en algunas legislaturas ha hecho que las fuerzas políticas centrífugas abusen del sistema en beneficio de sus intereses nacionalistas, y en contra del interés nacional. Y otra disfunción muy seria queda de manifiesto cuando hay que enfrentarse a una catástrofe.
En marzo de 2020, Pedro Sánchez llevaba año y medio en La Moncloa y estrenaba gobierno de coalición con Podemos. Llegó la pandemia y, henchido de poder, decidió centralizar todas las competencias sanitarias, retirándoselas a las comunidades autónomas. Semanas después, el caos en la gestión -difícil de evitar ante un desastre de esa magnitud- situó al presidente ante una crítica generalizada por la incapacidad para conseguir lo básico: mascarillas y respiradores. Y Sánchez decidió devolver las competencias -y el coste político- a los presidentes autonómicos, para que sufrieran ellos.
Desde entonces, Sánchez se ha negado a asumir las competencias ante la dana de Valencia, o ante los incendios de este verano. Y los presidentes autonómicos no quieren cederlas, porque se podría entender que se sienten incapaces de solucionar el problema por sí mismos. El gobierno central actúa menos de lo que debería, porque Moncloa prefiere «no quemarse» en la gestión, mientras los presidentes autonómicos, que disponen de menos medios, no quieren dar imagen de inutilidad.
En el fondo de la cuestión está la batalla política entre el PSOE y el PP. Más al fondo, aún, está el reparto de competencias, no siempre claro, y sometido a discusión. Y, tan importante como eso: la competencia personal de cada cual en la gestión de una crisis como esta.
Esa parte del modelo autonómico no funciona. Pero así la prefieren unos y otros: Moncloa para no exponerse, y los gobiernos autonómicos para que no parezca que no se exponen. Mientras, España se quema.
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