Condiciones

¿Qué hará Puigdemon para igualar la gesta de Junqueras, que al menos estuvo en una cárcel tres estrellas Michelin escribiendo libros infantiles mientras esperaba el indulto progresista prometido…? Junqueras y sus correligionarios se avinieron a escenificar un martirologio a la altura de la supuesta épica de la cual se soñaron héroes. Mientras, Puigdemon colocó a su señora en una canonjía audiovisual deficitaria y se largó a un palacete belga a contar mejillones «a la crème». ¿Qué podría hacer ahora para subir puntos en la estimación de los 4.000 compatriotas indepes de a pie, arruinados a multas desde 2017, ergo: para recuperar los votos que ha perdido a chorros…?

Porque ahí está la clave: en los indepes que pagan multas frente a las élites de Junts/ERC/Cup que disfrutan la gracia de indultos, cargos y sueldos fijos españolazos. En su esquema político, ¿generar un gran mal a España cumpliría unas expectativas que lo rediman ante su parroquia? ¿De qué manera puede Junts contribuir a la ruina de España? ¿Podría exigir condonar los 80.000 millones de deuda de Cataluña?, una cantidad menor que aquella que sumergió a Grecia en el caos y por la que Merkel nos hizo morder el polvo a «las cigarras del Sur de Europa»: una «minucia» que pagaríamos los desgraciados contribuyentes españolillos durante generaciones, mientras las élites, a las que Puigdemon «et al.» representan tan crematísticamente, disipan riquezas, bonus millonarios, privilegios y enmoquetados alcázares. ¿Podrían exigirle a Sánchez el botón de la voladura del Estado convocando un referéndum de autodeterminación que solo puedan votar Puigdemon y su familia política (familiar y/o institucional)? ¿Podrían demandar amnistía, condonación de deudas (incluidas las de Cofidís y el súper belga), clases obligatorias de catalán on line impartidas por el mayordomo comunitario del chaletazo de Waterloo para complementar su patriótico sueldo…?

Sí. Podría ser. Cualquier desvarío. Pues la chifladura marca desde hace años la bovina existencia civil de quienes todavía no hemos podido emigrar a Portugal. Pero, tranquilos…, que la historia los juzgará. Aunque, entretanto, se lleven por delante a quienes pagamos al contado estos grecorromanos festejos.