Eleuteria
Consejo General del Poder Judicial
Existen al menos dos vías mediante las cuales el PSOE puede anular esta deseable reforma del órgano de gobierno de los jueces
Uno de los puntos más importantes del pacto entre PSOE y PP por renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es el que establece que serán los futuros vocales los que presentarán una propuesta de reforma del mecanismo de elección de futuros vocales: «la ley también contiene una disposición adicional única donde se prevé que, en el plazo de seis meses desde su entrada en vigor, el Consejo General del Poder Judicial deberá realizar un estudio sobre los sistemas europeos para la elección de vocales en órganos análogos y una propuesta de reforma que tendrá que ser aprobada por tres quintos de los vocales y ser remitida al Gobierno, al Congreso y al Senado, con el fin de que los titulares de la iniciativa legislativa la sometan a la consideración de las Cortes para su debate y, en su caso, tramitación y aprobación».
Este compromiso podría servir, pues, para lograr finalmente la ansiada despolitización de la justicia: que sean los jueces quienes escojan a los jueces o que, al menos, sean ellos quienes determinen el mecanismo de elección de esos jueces. Pero mucho me temo que al final nuestro gozo quedará enterrado en un pozo. Y es que existen al menos dos vías mediante las cuales el PSOE puede anular esta deseable reforma del órgano de gobierno de los jueces.
Primero, para que este nuevo CGPJ (conformado por diez vocales nombrados por el PSOE y diez vocales nombrados por el PP) apruebe una propuesta de reforma que sea remitida al parlamento es necesario una mayoría de 3/5 partes, es decir, que 12 de los 20 miembros consensuen una propuesta: así pues, bastaría con que los vocales del PSOE se opongan a cualquier reforma que despolitice de verdad la justicia para que ésta jamás vea la luz.
Segundo, aun cuando el CGPJ llegue a un acuerdo sobre la reforma legal, no existe ninguna garantía de que el Congreso la apruebe, pues el acuerdo entre ambos partidos únicamente requiere que se someta a consideración de las Cortes. Por ello, llegado el caso, el PSOE y sus socios parlamentarios sólo tendrán que rechazar la propuesta despolitizadora del CGPJ y el régimen actual quedará consolidado.
Todo apunta, pues, a que el acuerdo PSOE-PP a propósito de la renovación del CGPJ no es la antesala de su despolitización, sino la perpetuación de la misma.
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