Cargando...

Parresía

Ni contigo, ni sin ti

Hay que reconocerle a Pedro Sánchez la cintura para aceptar insultos explícitos de Nogueras en el Congreso, responder con discreta educación y, al día siguiente, demostrar, en ese mismo escenario, quién manda aquí

Estamos a mediados de noviembre, a las puertas del invierno, y ya podemos constatar que Pedro Sánchez ha superado el otoño caliente que le asediaba y ahí sigue, dientes dientes, quitando la razón a quienes auguraban elecciones anticipadas.

Es verdad que su Gobierno arrastra unos presupuestos antiguos, irreales, y vete a saber si va a conseguir renovarlos el año que viene. Es cierto que los españoles llevamos ya una buena racha de tiempo viendo cómo se acumulan causas judiciales de gravedad a su alrededor, juicios que afectan directamente al entorno directo del presidente del Gobierno (esposa, hermano, los del Peugeot).

Pero esos juicios se celebran, quedan vistos para sentencia y el cabreo y el interés colectivo que suscitan se van desvaneciendo, sin más, curados todos de espanto como estamos... Va a ser verdad que resistirá hasta 2027.

Sin ir más lejos, esta semana ha quedado visto para sentencia el histórico juicio al Fiscal General Álvaro García Ortiz, el primero que -con semejante cargo- se ha sentado en el banquillo de los acusados por un supuesto delito de revelación de secretos, nada más y nada menos. Gravísimo todo pero ya pasó, amigos. Casi lo habremos olvidado la semana que viene. Y el fiscal continúa firme, en el cargo.

Por otro lado, se constata también que las amenazas de Carles Puigdemont a Pedro Sánchez no hay que tomarlas en serio. Perro ladrador, poco mordedor. En el Congreso, Junts se ha abstenido en una enmienda del PP que supone que la hoja de ruta para el cierre de las centrales nucleares españolas siga en pie.

Ni contigo ni sin ti, presidente. Hoy te llamo cínico e hipócrita y proclamo -por boca de Miriam Nogueras- que nuestra relación terminó y al día siguiente, por la cuenta que me trae, acudo a salvarte.

Carles Puigdemont ha sido ese singular líder del Procès que huyó de Barcelona a Waterloo para no ser encarcelado cuando, en 2017, pasó lo que pasó. Desde su rincón ha seguido manejando los hilos de Junts todos estos años. Ahora que muchos de sus simpatizantes le abandonan, Puigdemont se pone nervioso, pero no nos engañemos. Enfrente tiene al del manual de la resistencia y, mal que le pese, le necesita para subsistir.

Hay que reconocerle a Pedro Sánchez la cintura para aceptar insultos explícitos de Nogueras en el Congreso, responder con discreta educación y, al día siguiente, demostrar, en ese mismo escenario, quién manda aquí. Y encima, sacar pecho de su Ley de Amnistía que no ha tumbado el abogado general de la Unión Europea y que previsiblemente allanará, incluso, el regreso del fugado a Cataluña.