«De Bellum luce»

El «contragolpe» de Sánchez

Mientras Sánchez sigue pagando, en tiempo y forma, todo lo demás les da igual. Ahora incluso también la corrupción

Sí existe doble vara de medir. Porque si todas las corruptelas, nada ejemplares, sin duda, y veremos si con consecuencias penales, que estamos conociendo sobre uno de los centros de poder del «sanchismo» tocarán a la derecha, habría una conmoción nacional de la que no quedarían ajenos los socios del PSOE. Produce hasta inquietud la capacidad de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de volverse invisible, con lo que a ella le gusta aleccionarnos sobre el bien y el mal, cuando llueven piedras sobre el tejado de quien la sostiene en su despacho oficial. Y algo parecido cabe decir del resto de socios, tan levantiscos cuando la corrupción tocaba al PP, y bien que hacían, y tan en actitud de animal domesticado cuando la corrupción toca a quien hoy les pasan sus facturas a cambio de que siga habitando en Moncloa.

La ejemplaridad en el diccionario del «sanchismo» es otro «fake» que se utiliza como eslogan y se aplica con más o menos firmeza a conveniencia también del presidente del Gobierno. Por eso no afecta a Francina Armengol, presidenta del Congreso ni a Begoña López, la mujer del presidente. Pero tienen el problema de que la maquinaria de la propaganda de Moncloa ha gripado. De que no hay perdón posible, por más que se empeñen, para Carles Puigdemont. Y de que Koldo García es un personaje estrabiliario, salido de una película de Torrente, y con más poder en la sombra del que todavía llegamos a imaginar por lo que se conoce del sumario judicial.

Yo sigo haciéndome preguntas. ¿Cuándo supo el presidente Sánchez que el comportamiento de su ministro no era correcto? ¿Por qué le rescató en las últimas elecciones generales? ¿Durante cuánto tiempo más siguió Koldo ejerciendo el poder del que le habían investido tras la caída de Ábalos? ¿Por qué Armengol protegió a la trama y quién le dio la orden de que lo hiciera? ¿O qué piensan los socios, metidos ya en campaña, de que los amigos del César y de la mujer del César ni lo son ni lo parecen?

La «mayoría progresista» todavía busca refugio en el milagro, en que Sánchez, al que le tienen por «mal enemigo», salga con uno de esos contragolpes que le permitan recuperar la iniciativa y escapar de un pozo en el que le van sepultando las calamidades sin que se observe capacidad de reacción. En todo caso, como el problema de ellos no es España, mientras Sánchez sigue pagando, en tiempo y forma, todo lo demás les da igual. Ahora incluso también la corrupción.