Tribuna

Las cuentas y los cuentos de Gibraltar

Fabián Picardo ha declarado que «el contrabando de tabaco es problema de España», lo que evidencia la falsedad de la «zona de prosperidad compartida», el parasitarismo económico de la colonia y la poca fiabilidad de sus autoridades

Gibraltar perdió el estatuto comunitario cuando su metrópoli, el Reino Unido, abandonó la UE, aunque los llanitos votaron muy mayoritariamente a favor de seguir en la Unión por evidentes razones prácticas:

1.- Gibraltar disfrutaba de un injustificado régimen fiscal, que quiere seguir manteniendo, y que le ha permitido desarrollar su economía, con la inestimable ayuda de España.

2.- Gibraltar es un puerto franco que le otorga indudables ventajas comparativas con la comarca que la circunda.

3.- Gibraltar es un paraíso fiscal y desea seguir manteniendo su baja tributación, en perjuicio, sobre todo, de España.

4.- Gibraltar, con un territorio minúsculo que necesita una verja permeable.

5.- Los gibraltareños disfrutaban en España de los mismos derechos que los españoles. Es lógico que quieran mantener su privilegiado estatus, que le ha llevado a alcanzar un PIB per cápita superior a 70.000 euros, el tercero del mundo.

Para consolidar su extraordinaria situación necesitan un acuerdo con la UE y para ello, vienen propagando la falaz idea de la «zona de prosperidad compartida».

No hace mucho, la Cámara de Comercio de Gibraltar emitió un informe sobre «El Impacto de la economía de Gibraltar en la del Campo de Gibraltar», donde se afirmaba que «la cuarta parte del PIB del Campo de Gibraltar es atribuible a la economía de Gibraltar».

El ex ministro Borrell escribió hace unos años un libro muy oportuno, «Las cuentas y los cuentos de la independencia», que vino a poner orden sobre las relaciones económico fiscales de Cataluña con el resto de España, cuya semejanza con Gibraltar puede ser interesantes.

Resulta difícil aceptar que la colonia, con 33.000 habitantes, pueda generar el 25% del PIB de una comarca de 270.000, por varias razones:

1.- Todo el PIB de Gibraltar, 2,18 millones de libras, supone aproximadamente el 25% de la renta bruta de la comarca. No es aceptable que Gibraltar cree tanta riqueza en la colonia como en sus alrededores.

2.- No hay datos fidedignos del número de trabajadores españoles que cruzan la Verja a diario. Pero la realidad es que por ahora son unos 7.500 los que se han inscrito en el registro abierto por el Brexit. El resto, cuyo número también desconocemos, son extranjeros, entre ellos, británicos e incluso llanitos que residen habitualmente en España.

3.- No disponemos de datos económicos desagregados del Campo de Gibraltar, porque los datos publicados son nacionales, autonómicos y provinciales, pero no comarcales.

4.- El dato publicado por la Cámara de Comercio de Gibraltar no es fiable. No es creíble que Gibraltar ofrezca datos sobre una parte de España que los propios españoles desconocemos.

Por el contrario, se conoce que los salarios pagados por Gibraltar a los trabajadores españoles son sobre 140 millones de euros.

Por su parte, las exportaciones de la provincia de Cádiz a Gibraltar totalizaron, según las últimas estadísticas disponibles, 288 millones de euros. Lo que supondría un beneficio neto aproximado de 40 millones de euros, correspondiendo al Campo de Gibraltar, como mucho la mitad, unos 20. Sumando salarios de trabajadores españoles y los beneficios de empresas del Campo exportadoras a Gibraltar alcanzan los 160 millones de euros, lo que supondría tan solo un poco más del 3% del PIB de la comarca.

A falta de un riguroso estudio sobre el asunto, debemos concluir que el PIB que genera Gibraltar en el Campo no es un dato cierto, pero es significativamente inferior al 25% que publica su Cámara de Comercio.

Por su parte, nuestra Agencia Tributaria denunció que el Gobierno de Gibraltar obtiene de los derechos de importación del tabaco unos 180 millones de euros, es decir, el 26% de su presupuesto anual. Con esos ingresos, Gibraltar puede sufragar su sanidad en un año o las pensiones, educación y su administración, según las propias cuentas del Peñón. La mayoría de ese tabaco acaba vendiéndose ilegalmente en España, cuyas pérdidas para nuestro fisco fueron estimadas, por la Oficina Europea Antifraude en más de 230 millones anuales.

A lo anteriores perjuicios hay que añadir las cifras de la economía sumergida y las derivadas de las operaciones ilícitas y delictivas, contrabando de tabaco, narcotráfico o blanqueo de capitales, que pueden ser muy estimables, y los perjuicios para nuestra economía muy significativos.

El reciente incidente de funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera españoles persiguiendo a contrabandistas gibraltareños con la pasividad o complicidad de sus autoridades ha llevado al locuaz Fabián Picardo a declarar que «el contrabando de tabaco es problema de España», lo que evidencia la falsedad de la «zona de prosperidad compartida», el parasitarismo económico de la colonia y la poca fiabilidad de sus autoridades. En definitiva, parafraseando al Sr. Borrell, en Gibraltar, lo que no son cuentas, son cuentos.