Parresía

Cutre, repulsiva, gravísima

Los españoles somos de memoria frágil, pero no solemos perdonar escándalos que dan vergüenza ajena, que hunden las siglas de un partido con fotos y vídeos comprometedores

Has tenido la oportunidad de ver la serie «Vota Juan», con Javier Cámara y María Pujalte al frente? ¡Búscala! Pasarás buenos ratos, ahora que estamos en plena precampaña electoral y vamos descubriendo a diario nuevos capítulos del caso Mediador. Son, en realidad, tres temporadas de comedia negra, patética, hilarante, pura sátira política de nuestro país. Decía de ella Javier Cámara que la serie aborda temas perennes, «como cuando piensas que detrás de ciertos políticos hay formación, conocimiento e inteligencia y luego te das cuenta de que no tienen idea de nada». Javier Cámara encarna a Juan Carrasco, un individuo listo, desinformado y sin complejos que asciende –de carambola– de alcalde de provincias a ministro y, desde ahí, se plantea conquistar La Moncloa, hasta que choca con el aparato de su partido. No te voy a hacer más spoiler, pero ya te puedes imaginar que la corrupción, las drogas y las fiestas en prostíbulos, además de los despachos de sedes públicas, son escenarios centrales de la serie y el espectador, lamentablemente, no solo no se lleva las manos a la cabeza cuando la ve, sino que reconoce en ella a personajes oscuros de nuestra historia reciente.

No me quito de la cabeza esta ficción tan realista, ahora que asistimos, perplejos, a informaciones diarias sobre las andanzas del «mediador» canario Marco Antonio Navarro, el ex diputado socialista Juan Bernardo Fuentes «tito Berni», «el padre» general Espinosa, ya encarcelado, y sus supuestos amigos diputados y empresarios, vinculados todos a una red de comisiones y sobornos, a cambio de favores. Un historia digna de ser incluida en la próxima entrega de Torrente, «cutre, repulsiva y gravísima», en palabras de los ministros del propio Gobierno, que cada día reciben instrucciones del adjetivo calificativo concreto que deben emplear, todos a una, ante la prensa. ¿Le pasará factura electoral el caso Mediador a Pedro Sánchez? Los españoles somos de memoria frágil, pero no solemos perdonar escándalos que dan vergüenza ajena, que hunden las siglas de un partido con fotos y vídeos comprometedores. Ocurrió con los ERE de Andalucía y podría repetirse ahora, en Canarias. Estoy impaciente por conocer el próximo CIS de Tezanos. De todos modos, si la corrupción que rezuma esta trama no se ha ramificado por otras Comunidades Autónomas, permíteme que ponga entre interrogantes el daño real al PSOE. El fiasco de la Ley del solo sí es sí –de nuevo, según el CIS– no ha afectado al socialismo en intención de voto, solo ha perjudicado a Podemos, aunque todos sabemos que la responsabilidad última de esa norma, aún sin reformar, hay que buscarla en La Moncloa. Nos quedan capítulos jugosos de la serie Mediador. Atentos al próximo, con la Policía Nacional entrando en el Congreso, en el despacho del tito Berni, buscando pruebas.