El trípode

«La danza del Sol»

El 13 de octubre es una fecha señalada con trazo grueso en la Historia, por el acontecimiento sucedido en la aldea portuguesa de Fátima tal día como hoy del año 1917

El 13 de octubre es una fecha señalada con trazo grueso en la Historia, por el acontecimiento sucedido en la aldea portuguesa de Fátima tal día como hoy del año 1917. Es conocido como el «milagro de la danza del sol», que fue visto por las decenas de miles de espectadores –se dice que unas setenta mil– que acudieron desde todos los lugares del país atraídos por el anuncio efectuado por Lucía en nombre de los tres Pastorinhos que desde el 13 de mayo habían tenido visitas de la «Blanca Señora más brillante que el sol». Les había dicho que correspondiendo a la reiterada petición que los niños le hacían de efectuar un milagro «para que la gente creyera», había anunciado que «ese día lo haría y que les diría quién era Ella». Ese día, y antes los atónitos ojos de la multitud congregada para la ocasión, no pocos de ellos ateos y contumaces racionalistas y laicistas que acudieron para poder acreditar personalmente lo que consideraban era una superchería inventada por la Iglesia para canalizar contra el gobierno el descontento y angustia provocada por la guerra –la Primera guerra Mundial– en la que el gobierno había metido a Portugal, observaron el milagro anunciado. Tras una lluvia que había dificultado el acceso a la zona totalmente enfangada, el cielo se abrió, y el sol empezó a girar sobre sí mismo cual un disco que proyectaba haces de luz con los colores del arco iris en todas direcciones. De repente pareció acercarse a gran velocidad hacia la tierra oyéndose un gran clamor de angustia de la gente aterrorizada ante lo que parecía iba a ser un enorme impacto sobre la multitud.

Contra los hechos evidentes no hay apelación, y pese al modernismo presente ya en la Iglesia como había denunciado años antes el papa San Pío X, que lo definió como la «síntesis de todas las herejías», la verdad se abrió paso y en 1930 la Iglesia en Portugal reconoció la sobrenaturalidad de las apariciones. Al año siguiente, el 13 de mayo consagró su patria al Inmaculado Corazón de María, y la renovó en 1938 por haber mantenido a Portugal al margen de la Guerra Civil española. A diferencia de la Primera Guerra Mundial, Portugal al igual que España, pudo mantenerse fuera de la Segunda, obteniendo una gran transformación positiva en todos los órdenes. En el 25º aniversario de las apariciones, el 13 de mayo de 1942, el cardenal Cerejeira Patriarca de Lisboa afirmó: «Lo que ha estado ocurriendo aquí durante 25 años, el vocabulario portugués no tiene sino una palabra: milagro». Ucrania y Rusia; Israel y Gaza: la solución ahí está.