Canela fina

Despreciar lo que se ignora

«El partido que controle la inteligencia artificial tendrá altas probabilidades de ganar las elecciones generales»

Me asombra comprobar cómo algunos dirigentes se sonríen cuando se les habla de la inteligencia artificial. La política está ya condicionada por una realidad que se ha hecho imparable. China y Rusia pelean por el desarrollo de la inteligencia artificial, clave en el inmediato futuro del poder universal. Rusia la utiliza ya, a pesar de sus balbuceos, y la ha proyectado de forma agresiva en varios países europeos con el fin de condicionar sus elecciones. Su intervención en Cataluña para crear una situación límite a la España democrática no puede estar más clara. No se trata de maniobras en naciones del tercer mundo, que también. Alberto Núñez Feijóo debería solicitar amplia información de lo que ocurrió en los Países Bajos durante las penúltimas elecciones. El presidente de entonces, hoy secretario general de la OTAN, Mark Rutte, tiene las ideas muy claras sobre este asunto.

Aún más. En un mundo cada vez más digitalizado, la acción de la inteligencia artificial ha demostrado ser capaz de provocar manifestaciones callejeras del más vario género. Por muy poco dinero y a través del control de los teléfonos móviles, la inteligencia artificial tiene capacidad para manejar la reacción de muchos millares de personas. Mark O’Connell, en su libro capital Ser una máquina, anticipó lo que se nos venía encima. Desde que el campeón mundial Garry Kasparov perdió al ajedrez ante el programa informático Deep Blue, la inteligencia artificial ha traspasado casi todas las líneas rojas.

Despreciar lo que se ignora, como hacen algunos dirigentes del Partido Popular, garantiza la derrota. Elon Musk le dio una victoria comprometida al discutido Donald Trump, presidente hoy de los Estados Unidos de América. Y antes de que se consume la maniobra del censo, así como otras jugarretas varias, en Génova deben consultar o contratar a expertos cualificados que permitan al PP competir en igualdad de condiciones ante el desafío de la inteligencia artificial. Pedro Sánchez sabe que, si pierde las elecciones, no pasará de la Moncloa a la oposición sino al banquillo de los acusados. Y hará -lo está haciendo ya- todo lo que pueda para salir airoso de las elecciones que finiquiten la actual legislatura.