Al portador
La economía va bien, pero cae el poder adquisitivo familiar
La pérdida de poder adquisitivo de los españoles es evidente y no solo afecta a los perceptores del salario medio, sino a la gran mayoría de familias
Aldous Huxley (1894-1963), el autor de la distopía «Un mundo feliz», también creía que «no hay estabilidad social sin estabilidad individual». El Gobierno de Sánchez, que esta semana se ha envuelto en la bandera palestina, también ha presumido de la buena situación de la economía española. El martes anunció que el PIB subirá este año nada menos que ¡una décima!» más de lo previsto y ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) corrigió al alza, desde el 3,2 al 3,5% el crecimiento de 2024. Son datos buenos, no se puede negar, que describen un momento dulce de la economía española, en un entorno europeo de más debilidad. No obstante, son datos macroeconómicos, que no siempre tienen un correlato exacto con las situaciones personales o familiares. Si el refranero afirma que «los árboles no dejan ver el bosque», en muchas ocasiones la «macro» no deja ver la realidad.
Alberto Nadal, el nuevo responsable económico del PP, que esbozó el jueves los grandes principios económicos del partido que lidera Núñez Feijóo, admitió la actual bonanza económica española, aunque matizó que no es sostenible. También añadió que el 90% de los españoles han perdido poder adquisitivo, algo que es fácil de comprobar. La víspera, Pedro Sánchez, en sus habituales rifirrafes parlamentarios con el líder de la oposición, habló de «la estabilidad de los sueldos». El subconsciente quizá le jugó una mala pasada, que su adversario dialéctico no debió percibir en el momento. El inquilino de la Moncloa tiene razón. Los salarios reales apenas han crecido en los últimos años, aunque eso no es lo que quería decir. Los datos del INE son contundentes. El salario medio ha subido un 9,19% entre 2020 y 2025, pero la inflación lo ha hecho en un 23,1% en el mismo periodo. En agosto de hace cinco años, la retribución media era de 25.165 euros al año, mientras que ahora lo es de 27.480 euros, en euros corrientes. Para seguir el ritmo de la inflación deberían estar en los 30.978 euros. Es decir, no solo son estables como dice el presidente, sino lo son incluso de forma negativa. Una mirada más retrospectiva empeora las cosas, ya que desde 2010, mientras que los salarios han subido un 20,5%, los precios lo han hecho en un 35,4%. Es decir, la pérdida de poder adquisitivo de los españoles es evidente y no solo afecta a los perceptores del salario medio, sino a la gran mayoría de familias, porque incluso el Salario Mínimo, el orgullo de Yolanda Díaz, ha subido desde 2020 al ritmo de la inflación. Es decir, una estabilidad muy dudosa y que tampoco es la individual que recomendaba Huxley.