España

Confianza en la Corona

Es un hecho que la España moderna llegó más tarde que el resto de los países de nuestro entorno político a la adopción del régimen de libertades públicas y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales, y lo mismo podríamos afirmar de la consecución del Estado del Bienestar, pero no hay duda de que la sociedad española ha conseguido recuperar el tiempo perdido, y aun con ventaja. Hoy, los españoles disfrutamos de la plenitud de una de las democracias más avanzadas del mundo y de unos servicios sociales que, como la Sanidad y la Educación públicas y privadas, son –con todas las carencias que se quieran aducir– ejemplo de buen hacer para nuestros vecinos. Se trata de la mayor transformación social y política experimentada por España, y se ha producido bajo el influjo del pacto constitucional de la Transición, que ha dotado a la nación de unas instituciones sólidas, que la blindan frente a las tensiones coyunturales y a los cantos de sirena de los populismos. Un papel fundamental en todo este proceso ha recaído en la Corona, con momentos tan dramáticos como el 23 de febrero de 1981, cuando un Rey sin poderes ejecutivos, pero con todo el peso de su autoridad, consiguió preservar la naciente democracia y el régimen de libertades. La Corona es la referencia indiscutible de este éxito y así lo percibe la inmensa mayoría de los ciudadanos que, ante la inminente sucesión en la Jefatura del Estado, cree que con Felipe VI se va a inaugurar un nuevo tiempo para España, y que Don Felipe impulsará la renovación que necesita la sociedad española. Una renovación cuya mayor responsabilidad recae sobre la llamada «generación del Príncipe», nacida y formada al tiempo de la plena consolidación de las libertades. Así lo demuestra la encuesta de NC Report, que hoy publica LA RAZÓN, en la que destacan dos aserciones compartidas mayoritariamente: que el reinado de Felipe VI será bueno o muy bueno para España (con el 79,6 por ciento de respuestas afirmativas) y que la Monarquía es la garantía de la estabilidad de la nación (afirmación que comparten el 71,5 por ciento de los consultados). El sondeo no se esconde del debate republicano, suscitado por una izquierda radicalizada y en crisis de identidad, y, de hecho, confirma lo ya sabido. La mayoría de los consultados –el 64,5 por ciento– no considera que una república sea la solución para los problemas de España, idea que se generaliza entre los encuestados mayores de 65 años que, por su edad, son los que tienen referencias más directas del último periodo republicano vivido en nuestro país. Los españoles esperan mucho de Felipe VI y lo hacen no sólo por la personalidad del futuro Monarca, sino porque confían en la Corona y valoran el papel constitucional que desempeña.