Debate Estado Nación

Debate para una nueva etapa

El Debate sobre el Estado de la Nación, que se celebrará en el Congreso los próximos martes y miércoles, coincidirá prácticamente con el comienzo de la campaña electoral para la cita europea del 25 de mayo. Es de esperar, pues, que la oposición extreme sus críticas a la acción política del Gobierno, tratando de trasladar al imaginario público la foto fija de un país que, afortunadamente, no es el mismo que se encontraba al borde del precipicio hace menos de dos años. De ahí que esta cita parlamentaria vaya a ser abordada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para dar respuesta y plantear salidas a las preocupaciones esenciales de los ciudadanos que, según la encuesta de NC Report que hoy publica LA RAZÓN, se centran muy mayoritariamente en el desempleo y en lo que consideran, con no poca razón, un exceso de presión fiscal. Es en ese campo de juego, el de las inquietudes reales de los españoles, donde Mariano Rajoy se prepara para dar la batalla, procurando no caer en la táctica periférica de un PSOE que poco tiene que ganar en un debate riguroso sobre el desempeño del Ejecutivo en la tarea de reconducir económica y socialmente la situación de España, que empieza a contemplarse, dentro y fuera de nuestras fronteras, como la historia de un éxito sorprendente. Pero el presidente del Gobierno sólo saldrá claramente vencedor del debate si es capaz de trasladar a la opinión pública que se está cumpliendo, incluso quemando etapas, con el proyecto político que demanda la sociedad y que, en el año que comienza, debe suponer la confirmación del cambio de ciclo y, por lo tanto, la recuperación de la estrategia que informaba el programa electoral del PP, estrategia que hubo que aplazar para hacer frente a los grandes desequilibrios financieros y económicos, de una gravedad ciertamente impensable, con los que se encontró en 2011. Reconducidas las cuentas, embridado el déficit fiscal y con la parte más sustancial del programa de reformas dando los primeros resultados, ha llegado el momento de las medidas de impulso económico, como por ejemplo una ambiciosa reforma tributaria, sin las que será muy difícil romper el círculo vicioso del ajuste y el paro. Mariano Rajoy parte, sin embargo, con una ventaja sobre su principal oponente, el líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba –así lo detecta la encuesta de opinión a la que ya nos hemos referido–, y es su reforzada credibilidad entre la mayoría de los ciudadanos, que empiezan a comprobar cómo se cumplen los diagnósticos del Gobierno, frente al coro de pesimistas que ponían en duda la capacidad de recuperación de la economía española. Ha llegado el tiempo de abordar una nueva etapa, ésta ya sin las servidumbres impuestas por la situación heredada. Una vez reparadas las estructuras, es la hora de las personas.