Unión Europea

Demasiadas contradicciones para May

La Razón
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Una de las visitas obligadas en los primeros días de mandato de un nuevo inquilino de la Casa Blanca es la del representante del Gobierno de su majestad británica. Lazos históricos y una alianza a prueba de veleidades europeístas mantienen entre Reino Unido y Estados Unidos una amistad inquebrantable, sólo atenuada cuando Washington se ve obligado a demostrar quién es de verdad el imperio, como, por ejemplo, en la crisis de Suez. De ahí que la entrevista entre la primera ministra Theresa May y Donald Trump debiera enmarcarse en la más absoluta normalidad si no fuera porque a la líder inglesa la separan demasiadas cosas del presidente norteamericano, comenzando por su visión de la libertad de comercio y el libre tránsito de mercancías y servicios, que pretende hacer valer en las negociaciones del Brexit con Bruselas, y que Donald Trump no comparte. Pero, también, porque el Gobierno británico ha firmado los tratados internacionales contra la tortura, práctica indeseable que a Trump le parece eficaz y necesaria, y, por último, porque Londres es uno de los garantes del tratado con Irán, por el que este último país renuncia a desarrollar armas nucleares a cambio de volver al concierto de las naciones al que se opone la nueva Administración americana. Demasiadas contradicciones para May, que corre el riesgo de ser utilizada como el ariete de Trump contra Europa.