LA RAZÓN

Editorial: Veinte años con los españoles desde la razón

LA RAZÓN cumple veinte años de cita diaria con los lectores. Dos décadas que han sido pródigas en acontecimientos de ámbito mundial que, sin duda, han roto muchas percepciones sociales, convicciones que parecían sólidamente ancladas en el imaginario colectivo y que sin embargo, se han visto sacudidos por la mezcla indefinible de la mayor revolución tecnológica experimentada por la humanidad desde la invención de la rueda y el retorno, insólito, de viejos conceptos, algunos de raíz medieval, de prejuicios y estereotipos que creíamos superados para siempre. Desde LA RAZÓN hemos tratado de explicar el mundo sin caer en los espejismos que acompañan toda época de vértigos y, precisamente por ello, sin renunciar a los valores de libertad y a los principios cristianos y occidentales que forman parte de la esencia de nuestro periódico, que son los mismos que fundamentaron nuestra Constitución y que la mayoría de los españoles comparten. Somos, pues, hijos de la libertad, en ella nacimos, pero, también, somos muy conscientes de que nada puede darse por seguro, y que cada día exige el esfuerzo y, sobre todo, la convicción de su defensa que es la de esta gran nación llamada España, una de las grandes democracias de la tierra y sin cuya aportación multisecular no es posible entender la historia universal. Nos gustaría creer, y permítasenos la pequeña vanidad, que no quiere pecar de petulancia, que en este ya largo tiempo juntos, el de la mayoría de edad de una empresa ilusionante, hemos conseguido formar parte del proyecto general de España. Que en estas dos décadas hemos sabido incorporar los mejores instrumentos que ha aportado la revolución tecnológica de los medios de comunicación, sin caer en los defectos de la instantaneidad irreflexiva, de la superficialidad, que esos mismos medios acarrea. Que a nuestro vocabulario diario, términos como «fake news» o «verdad ficcional» le son tan ajenos como rechazados. En nuestra labor, siempre hemos tratado de buscar la calidad y el equilibrio, procurando huir del sectarismos, del insulto y del sensacionalismo fácil, y a la postre estéril. Con estas credenciales, que nuestros lectores y anunciantes supieron apreciar, no sólo pudimos superar una de las crisis económicas internacionales más graves de la historia reciente, que llenó de zozobra a todos los españoles, sino que crecimos. Porque durante estos veinte años, en los que ya decimos que España y el mundo han vivido a caballo del cambio de milenio, en un período pleno de conflictos, a veces confuso, pero periodísticamente apasionante, LA RAZÓN se ha mantenido fiel a sus principios fundacionales, a una divisa, garantía de independencia, de que no defendemos intereses de nadie, sino convicciones y valores. Bajo gobiernos de distinto signo hemos mantenido los mismos principios éticos y morales que definen nuestra línea editorial. Hemos sido firmes allí donde la libertad de todos los españoles, la soberanía nacional y la unidad de la nación se han visto amenazadas. Somos beligerantes con quienes pretenden romper la Constitución y defendemos sin complejos la Carta Magna y la Monarquía parlamentaria. No hemos ocultado las razones de quienes no comparten nuestro ideario, pero no hemos dejado pasar lo que de falacias y de falsedades tienen ciertas propuestas políticas que están en la mente de todos. Hemos procurado decir la verdad, sobre todo cuando parecía más gratificante y sencillo dar pábulo al voluntarismo de los nuevos populistas que poner de manifiesto la necesidad del esfuerzo y de la racionalidad en las cuentas públicas para superar las dificultades y volver al crecimiento, como la única forma posible de mantener y mejorar el estado de bienestar. Sin duda, hemos cometido errores, por los que pedimos sinceras disculpas, pero tenemos a gala no haber actuado nunca con doblez ni frente a nuestros lectores ni frente al conjunto de la sociedad española, con cuyo progreso y libertad estamos comprometidos. No hay estrategia de mercado, oportunismo político o presiones de la índole que sean que nos aparten de este camino. Lo que hayamos conseguido, mucho o poco, se debe a la confianza que han depositado en nosotros unos lectores que, aunque no compartan en muchos casos todas las posturas del periódico, saben que siempre intentamos contar la realidad desde la honradez y la lealtad. De ahí que sea para nosotros un motivo de orgullo y una emocionante recompensa haber contado con la presencia de Sus Majestades, Don Felipe y Doña Letizia; con la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la de los presidente de las principales instituciones del Estado, miembros del Gobierno, representantes de la Oposición y con la de tantos y tantos ilustres protagonistas de la vida política, empresarial, cultural y social de nuestro país. A todos queremos dar las gracias más sinceras por acompañarnos en este aniversario. Y, especialmente, a nuestros lectores y anunciantes, que siempre han confiado en nuestro periódico y a quienes hemos dedicado los mejores esfuerzos de todos y cada uno de los que forman parte de esta casa de LA RAZÓN, que quiere ser la de todos y que a todos estará siempre abierta.