El desafío independentista
El 155 no da alas al separatismo
La encuesta sobre la tendencia de voto en Cataluña, que elabora mensualmente «NC Report» para LA RAZÓN, demuestra que ni la aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno ni el encarcelamiento del vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y de otros ocho ex consejeros han tenido mayor influencia en la inclinación de los electores, en contra de lo que pudiera hacer pensar la sobreactuación de los portavoces separatistas y de los representantes del populismo de extrema izquierda, que encarna la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. En efecto, y según los resultados del sondeo, cuyo trabajo de campo se efectuó entre el 30 de octubre y el 3 de noviembre, cuando ya se habían producido los dos hechos a los que nos referíamos al principio, la intención de voto para las próximas elecciones autonómicas catalanas, ya convocadas, se mantiene en los mismos parámetros del mes anterior, incluso con una ligera variación en detrimento de los partidos separatistas. Así, de celebrarse hoy los comicios, ERC ganaría las elecciones con 42 escaños, a los que habría que sumar los 17 que la encuesta atribuye al PDeCat –la antigua Convergencia– y los 6 de las CUP. Es decir, y pese a que el sistema electoral catalán favorece a los partidos separatistas por su mayor implantación en Gerona y Lérida, los impulsores del fracasado «procés» obtendrían 7 escaños menos que los ganados en las últimas elecciones de septiembre de 2015, lo que supone la pérdida de la mayoría absoluta parlamentaria. Las causas hay que buscarlas en el mal comportamiento del PDeCat, que se quedaría por debajo del 11 por ciento de los sufragios, prácticamente empatado con el Partido Popular y con la izquierda podemita, y en el también notable descenso de las CUP, un cuarto de cuyos antiguos votantes se muestran decididos a pasar a la abstención. Los partidos del llamado bloque constitucionalista, Ciudadanos, PSC y PPC, subirían 5 escaños –2, Ciudadanos, 2, PPC y uno el PSC–, mientras que la izquierda no separatista de CSQP obtendría 2 más, lo que no colma en absoluto las expectativas de Ada Colau de convertirse en el referente del voto antisistema en Cataluña, objetivo que explica su errática e incoherente posición en relación a la grave crisis que atraviesa Cataluña. Colau apenas recogería un 5 por ciento de los antiguos votantes de las CUP. Sin embargo, estos resultados sólo se darían si cada partido en liza se presentara por separado. En esta ocasión, la encuesta de «NC Report» también ha sondeado a los futuros electores sobre qué actitud adoptarían ante la formación de coaliciones electorales, tanto entre los separatistas como entre los partidarios de la unidad de España. Pues bien, presentarse en coalición favorecería más al sector nacionalista que a sus adversarios, aunque, a efectos prácticos, los primeros sólo conseguirían sumar un escaño más, hasta los 66, escaño que perdería la formación de Ada Colau. Por supuesto, la insistencia de los antiguos convergentes en reeditar su pacto con ERC tiene mucho más que ver con disimular su pronosticado derrumbamiento electoral que con las ventajas de la coalición. En el caso de los constitucionalistas, presentarse en una sola candidatura, lejos de favorecerles, les perjudicaría. La razón hay que buscarla en la aversión de una parte de los votantes del PSC a apoyar una lista conjunta con Ciudadanos y el PPC. Mientras que la inmensa mayoría de los simpatizantes del partido naranja y de los populares no tendrían inconveniente en votar con los socialistas, sólo el 53,5 por ciento de éstos últimos apoyarían tal coalición, lo que redundaría en la pérdida de 142.000 votos constitucionalistas. Los muchos años que desde el socialismo catalán se ha demonizado al PP rinden ahora amargos frutos para el futuro de Cataluña.
✕
Accede a tu cuenta para comentar