El desafío independentista

El golpe en Cataluña afianza al bloque de centro derecha

La Razón
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La crisis política abierta por el desafío independentista catalán va sumando víctimas. Ha destrozado el sistema de partidos vigente desde la restitución del Estatuto en 1979; ha fracturado la sociedad catalana y ha arrasado las instituciones de autogobierno, manipuladas y puestas al servicio de las formaciones secesionistas. El independentismo ha supuesto la quiebra del catalanismo como fórmula moderada de hacer política con lealtad al Estado. Nada de esto está en pie y reconstruirlo, de la manera que sea, llevará tiempo y, sobre todo, con unos presupuestos que permitan un nuevo consenso constitucional. Han pasado demasiadas cosas y nos tememos que quedan muchas por vivir, pero lo fundamental ahora es ser consciente de que ha habido un serio intento de asedio al Estado y que sus poderes han actuado con la ley en la mano, la única herramienta del estado de Derecho. La Constitución ha sido el único frente desde el que se ha resistido el envite del separatismo. Son los partidos que han defendido la Carta Magna como la base del progreso de estos últimos cuarenta años los que electoralmente se mantienen. El último sondeo del CIS, los partidos constitucionalistas, PP, PSOE y Cs suman una gran mayoría. Gana especialmente este último, que registra un ascenso de tres puntos, situándose en el 17,5% –frente a los 14,05% del CIS de julio–, sin duda por su posición decidida frente al nacionalismo y en la aplicación del 155, aunque la encuesta se realizó antes de su puesta en marcha el 27 de octubre, pero sí después del 1-0, del discurso del Rey y la declaración de independencia y posterior suspensión del día10. El PP desciende ocho décimas también respecto a julio. El Gobierno ha tenido que hacer frente a una crisis política sin precedentes, que ha obligado a la intervención de la Generalitat y la convocatoria de elecciones autonómicas, aspecto que tampoco se ha visto reflejado en el sondeo. El PSOE frena el crecimiento que experimentó tras la vuelta de Pedro Sánchez, aunque le permite afianzar su diferencia con Podemos y alejar el objetivo de Pablo Iglesias de superar a los socialistas. Este partido confirma su caída de casi dos puntos, tendencia apuntada por otras encuestas, lo que evidencia que su desconcertante política sobre Cataluña le está pasando factura. Su posición de aliado necesario de los independentistas, sumarse a una campaña contra las instituciones democráticas españolas, llegando al punto de hablar de un «frente monárquico» contra Cataluña, resulta incomprensible de una formación que hasta hace unos meses aspiraba a gobernar España. Según el sondeo del CIS, el partido morado es el que con mayor probabilidad nunca votarían los consultados, llegando al 57,9%, y su líder, el peor valorado. El vertiginoso curso de los acontecimientos políticos a raíz del desafío independentista catalán ha llevado a que se convierta en el segundo problema de España, después del paro. La crisis de Cataluña hará replantear aspectos clave de la organización territorial. La misma encuesta plasma que no ha habido una evolución favorable hacia una Estado más descentralizado o que defienda el derecho a decidir. Por contra, se afianzan los que consideran que la mejor fórmula es el actual Estado (39,2%), aunque crecen los que creen que la Administración central debe recuperar más competencias.