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El pacto natural de Ciudadanos
La encuesta de NC Report que hoy publica LA RAZÓN, y que disecciona la postura de los votantes de Ciudadanos ante la política de pactos emprendida por Albert Rivera, nos deja tres conclusiones evidentes: que los encuestados se inclinan de manera natural por un acuerdo con el Partido Popular antes que con el PSOE; que la mayoría se adscribe ideológicamente al centro derecha y, lo que resulta muy significativo, que los electores más jóvenes son los que conducen los resultados del sondeo hacia las posiciones más favorables a Mariano Rajoy. De hecho, sólo el 42 por ciento de quienes se declaran votantes de la formación naranja están a favor de los acuerdos firmados entre Albert Rivera y el secretario general socialista, Pedro Sánchez, porcentaje que baja hasta el 36,2 por ciento si se pregunta a los que tienen menos de 30 años. La oposición al acuerdo con el PSOE reúne a un 38,2 por ciento de los encuestados, con mayor incidencia, una vez más, de opiniones negativas –un 41,5 por ciento– entre los votantes menores de 30 años que son, igualmente, quienes consideran en mayor medida –un 48,9 por ciento– que el pacto con los socialistas traiciona el programa electoral de Ciudadanos. Si a los estrategas del Partido Popular les quedaba alguna duda sobre dónde había ido a parar una buena parte de su voto joven perdido en las últimas elecciones, la encuesta no puede ser más reveladora. Pero, como señalábamos al principio, la tónica general de las respuestas, con independencia de los segmentos de edad, demuestra que el votante medio de Ciudadanos se encuentra mucho más cómodo en el ámbito de la derecha que en el de la izquierda y que, en consecuencia, cree mayoritariamente –un 46,2 por ciento– que Albert Rivera debería haber pactado con el PP o que debería intentarlo si Pedro Sánchez fracasa en su investidura, opinión esta última que comparte un 48,7 por ciento de los encuestados, frente a un 37,2 por ciento que se declara en contra. Los datos, por supuesto, confirman que la mayoría de los votantes de Ciudadanos proceden del Partido Popular –el 42, 3 por ciento se declara de centro derecha; el 14,7 por ciento, de centro, y el 34, 3 por ciento, de centro izquierda–, aunque hay una nutrida representación de antiguos simpatizantes del PSOE. De momento, esta tensión interna no tiene un reflejo determinante en la fidelidad del voto, ya que el 80,3 por ciento de los encuestados declara que confiará de nuevo en el partido, pero no deja de ser un condicionante a futuro, sobre todo, si en algún momento Albert Rivera llega a disfrutar de una posición política que le permita inclinar la balanza de poder hacia uno de los dos grandes partidos nacionales. No deja de ser un síntoma que aunque sólo han transcurrido dos meses desde la elecciones generales, periodo en el que el presidente de Ciudadanos ha acaparado buena parte del protagonismo mediático, un 11,2 por ciento de sus votantes declare que no va a votar de nuevo a la formación naranja. Como hemos advertido, son sólo 392.000 votos y es pronto para hablar de una tendencia, pero es una señal que la dirección del partido no debería desdeñar, especialmente ante la más que probable intención del candidato socialista de negociar un pacto de investidura en el que también se incluya a Podemos. Ciertamente, las últimas declaraciones del líder de Ciudadanos, en las que Albert Rivera deja la puerta abierta a no mantener su acuerdo con el PSOE más allá de la investidura, indican que es consciente del alto coste interno que le supondría favorecer un Gobierno de Pedro Sánchez apoyado por Podemos. Sería, en opinión de muchos, el punto de no retorno en su calculada ambigüedad, ya sujeta a plazo.
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