Cataluña

El tiempo de Felipe VI

Desde sectores de la izquierda más nostálgica se ha intentado situar en la agenda política nacional el debate sobre la Corona y la reivindicación de un republicanismo todavía mimetizado por viejas banderas, pero ha quedado aparcado por no coincidir con los intereses de la opinión pública, ni corresponderse con lo que ha supuesto la monarquía parlamentaria en la consolidación de nuestra democracia. La ciudadanía considera que plantear en estos momentos cuál es el sistema de Estado más idóneo no responde a la realidad del país, que sabe, además, el papel de la institución en nuestro desarrollo y bienestar. Las grandes fuerzas políticas así lo entienden también, acuerdo que debe ser garantía de estabilidad política. En el barómetro del CIS del pasado mes de junio, días después de la abdicación de Juan Carlos I, la Monarquía sólo era un problema para el 0,2 por ciento de la población, dato que indica la consolidación de la institución para soportar con normalidad un cambio en la jefatura del Estado. En su discurso de proclamación, Felipe VI abogó por «una Corona íntegra, honesta y transparente» y anunció «una Monarquía renovada para un tiempo nuevo», una declaración de principios que empieza a tomar forma. A los seis meses de la coronación, Don Felipe ha asumido como propios los grandes retos que tiene planteado el país en estos momentos: soluciones para salir de la crisis más fortalecidos, reto independentista en Cataluña y transparencia en la gestión política. En un congreso de empresarios en Bilbao habló de una reindustrialización «inteligente, eficiente, tecnológica, respetuosa con el medio ambiente, sensible socialmente y con la mirada siempre puesta en la necesaria generación de puestos de trabajo». En su primer discurso en Cataluña después de la consulta soberanista del 9-N llamó la atención sobre el hecho de que «los mejores momentos de Cataluña, aquellos en los cuales se reconoce mejor a sí misma y más engrandece a sus hombres y mujeres, coinciden invariablemente con los mejores periodos de toda España». En una encuesta de NC Report que publicamos hoy, el 64,1 por ciento cree que el Rey debería tener un papel más activo en Cataluña. En cuanto a la corrupción, la Corona se ha marcado el reto de ser un ejemplo de transparencia para evitar la demagogia más desinformada, y es que la Monarquía española es la más económica de las jefaturas de Estado europeas, con un presupuesto de 7,8 millones, muy por debajo de la británica (43), la holandesa (40) o las repúblicas italiana (228), francesa (113), alemana (20) o portuguesa (16). Tal y como muestra la misma encuesta, el 72,7 por ciento valora positivamente el reinado de Felipe VI, una cifra homologable a las monarquías europeas más prósperas y democráticas.