Elecciones en Estados Unidos
El yihadismo entra en la campaña de EE UU
La amenaza yihadista ha irrumpido de golpe en la carrera hacia la Casa Blanca. El brutal ataque del domingo en un club de Orlando (Florida), que acabó con la vida de 50 personas, ha puesto el foco del debate sobre el terrorismo y los dos candidatos han entrado al trapo, aunque de manera bien distinta, en un asunto que nunca debería servir para sacar réditos políticos y, menos aún, en caliente. Mientras el aspirante republicano, Donald Trump, se jactó de que «sabía que esto iba a pasar» y reafirmó su intención de prohibir la entrada de los musulmanes al país (pese a que el asesino había nacido en Nueva York), Hillary Clinton instó a que, de una vez por todas, haya un control real de armas. Matanzas como las de Orlando o San Bernardino dan alas a la impresentable campaña radical de Trump y le sirven en bandeja la ocasión de despreciar a su contrincante como una política débil. Es cierto que los estadounidenses elegirán en noviembre a su comandante en jefe entre dos estilos radicalmente opuestos, pero eso no debería justificar en ningún caso la instrumentalización del miedo como baza electoral porque sólo sirve para dividir al país. Y la falta de unidad beneficia, precisamente, a los que quieren dinamitar las libertades ajenas a través de la violencia y el terror.
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