IVA
Fin de la recesión, pero no basta
España ha salido oficialmente de la recesión. Después de nueve trimestres en números rojos, el informe del Banco de España cifra en un 0,1% el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español entre los meses de julio y septiembre de 2013. El dato, muy positivo, ha sido acogido por el Gobierno con satisfacción, aunque con las cautelas que impone la actual coyuntura de crisis económica. El propio ministro de Economía, Luis de Guindos, se ha referido a ese cambio como «pequeño, tímido y limitado», advirtiendo que queda mucho trabajo por delante. Ciertamente, no sería la primera vez que en el contexto de esta larga crisis se registra un moderado incremento del PIB, para volver a caer en recesión. Así ocurrió en efecto en el primer trimestre de 2010, espejismo ligado a las fuertes inversiones de carácter público llevadas a cabo por el anterior Gobierno socialista que, a la postre, no sólo no consiguieron su objetivo, sino que acabaron por generar uno de los mayores déficits fiscales de Europa. Pero hoy, la situación no es la misma, por fortuna para todos. El crecimiento del PIB se ha producido en un contexto de contracción de la inversión pública, muy condicionada por los objetivos de reducción del déficit del Estado marcados por la Unión Europea. Por el contrario, los «motores» de este cambio han sido el buen comportamiento del sector exterior, con una recuperación de la industria turística muy notable, y, en mucha menor medida, el ligero incremento del consumo interno, todavía muy tocado por el continuo descenso de la renta disponible, pérdida de riqueza de los hogares y su elevado endeudamiento. Es evidente que se han puesto las bases para abordar la salida de la crisis y que éste es mérito de la política económica del Gobierno. Sin embargo, es necesario tomar nuevas medidas, como introducir una reducción de los impuestos que debe ir acompañada de una profundización en las reformas estructurales y en la racionalización del gasto público, que es, junto con la restricción del crédito, uno de los factores que están condicionando la recuperación del consumo interno. De hecho, el informe del Banco de España señala que la situación económica se mueve dentro de una «marcada debilidad», en buena parte, a causa de la contracción de la demanda doméstica. La oportunidad está ahí, como demuestran la notable mejoría de la confianza de los consumidores en el futuro y la mejor evolución del mercado de trabajo, que ha moderado sustancialmente su ritmo de descenso. Superado lo peor, la sociedad española, que ha estado a la altura del reto, sólo precisa de un ligero impulso para recobrar el dinamismo perdido. Y la reducción de la carga fiscal, tanto a las pequeñas y medianas empresas como a los hogares, significaría la consolidación de esta tendencia positiva.
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