Debate Estado Nación
Ímpetus renovados
La Convención nacional del PP ha cumplido los objetivos previstos. Los populares llegaron a la cita en el ecuador de una legislatura marcada por las consecuencias de una crisis aguda y una herencia desoladora, con el propósito de renovar esfuerzos como fuerza cohesionada y refrendar su proyecto nacional, reformista y ganador. El balance es más que satisfactorio. Se dispusieron las señas de identidad de un PP aferrado a los principios que han orientado su trayectoria. La intervención final de Mariano Rajoy fue en síntesis la reivindicación de los valores y las esencias del partido, la satisfacción por lo conseguido y el compromiso de no apearse ni ladearse del camino. Se hizo memoria, porque es justo no olvidar de dónde partimos para ponderar dónde nos hallamos. «Recibimos un país al borde de la quiebra. Todos los días se nos reclamaba que pidiéramos el rescate, pero nos negamos a someter a España a semejante castigo». Puso en valor las reformas, que actuaron sobre los desequilibrios endémicos del país, pero sobre todo, el sacrificio de la gente. «Al final los españoles nos hemos rescatados solos». Y es cierto. Si hay coincidencia en que lo peor de la crisis ha pasado, la hay también en que el Gobierno no puede bajar la guardia ni pecar de conformista. Rajoy repasó las grandes reformas pendientes, que supondrán el espaldarazo definitivo a su proyecto de cambio transformador. Especialmente, la fiscal. Aún sin definir, parece que afectará al IRPF y Sociedades, fundamentalmente, en el marco de un sistema tributario más simple y equitativo. Habrá tiempo para analizar los detalles de esa reforma cuando se conozcan, pero la filosofía que la alumbra, el objetivo de estimular la actividad económica, incentivar el ahorro y crear empleo, y en la que lo importante serán las personas y no los territorios, es la adecuada. España es una gran nación que afronta un desafío secesionista. Rajoy y el PP han renovado su compromiso con la unidad del país y con el ordenamiento jurídico, y eso es tranquilizador, además de responsable: «Combatiré sin descanso contra todo lo que siembre discordia y divida a los españoles». Las víctimas del terrorismo han sido también las grandes protagonistas del Cónclave. Nada apartará al PP de su cercanía y lealtad con estos españoles ejemplares; lo contrario sería inconcebible. Rajoy lo repitió ayer, como se reafirmó en su posición sobre ETA: «El único final aceptable de esta historia es la victoria de la democracia y la derrota definitiva del terrorismo con todas sus consecuencias». No se puede hablar más claro. Ahora, el PP tiene cercana la reválida de las elecciones europeas. El presidente está convencido de que el PP será la fuerza más votada. La encuesta que publica LA RAZÓN así lo confirma, pero también constata que los populares harían bien en redoblar esfuerzos en la movilización de una parte de su electorado, que parece abocada a la abstención.
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