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La amenaza yihadista también cambia de año

La Razón
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Propósitos nuevos, voluntad de progreso, compromiso y solidaridad. El común de las personas comenzó 2016 con un deseo de renovación. Sin embargo, en el panorama internacional, el terror yihadista se ha empeñado, de manera brutal, en romper con ese deseo de la humanidad. Su sin razón y su promesa de violencia ciega e indiscriminada han condicionado las celebraciones de fin de Año. Especialmente en Europa, marcada por una vigilancia total. La alerta máxima se vivió el último día del año en Múnich (Alemania), cuando dos estaciones de tren tuvieron que ser evacuadas ante un posible atentado terrorista. Más éxito tuvieron, lamentablemente, los yihadistas en Israel, ya que en Tel Aviv lograron asesinar a dos clientes y herir a otros siete en un bar de la ciudad. Nadie quiere que la terrorífica escena que vivió París se repita, así que, con amenazas en Moscú, Nueva York, Roma, Londres y Bruselas, las principales capitales mundiales, entre ellas Madrid, han extremado las medidas de seguridad. Este fin de año ha sido atípico, con el centro de las ciudades tomadas por las Fuerzas de Seguridad, y con fiestas de Nochevieja suspendidas. España, donde ahora se cumple un año de alerta antiterrorista máxima, en el nivel 4, tiene amplia experiencia en anticiparse a los planes asesinos de los yihadistas. Con indudable acierto.